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Entrevistas

«El terrorista se transforma en un zombi infectado por una ideología totalitaria», dice Vaquero

«El terrorista se transforma en un zombi infectado por una ideología totalitaria», dice Vaquero

«La religión es la antítesis del terrorismo». Ésta es una de las afirmaciones para entender el fenómeno del terrorismo según su autor.

 Actualizado 7 mayo 2011 - 7:18

Koldo Goñi/ReL

 

Colaborador de ReL, el pamplonés Fernando Vaquero Oroquieta desmenuza el terrorismo, en un libro ameno y didáctico titulado La ruta del odio. 100 respuestas clave sobre el terrorismo.

 

Dotado de la coherencia interna que proporciona su cosmovisión cristiana, puede abrirse por cualquiera de sus 100 respuestas disfrutándose con su lectura. Y no elude cuestiones espinosas, como la tan manida vinculación de religiones/terrorismo.

- ¿Es el terrorismo una consecuencia de las religiones?
- No, al contrario: la religión es la antítesis del terrorismo. Las exigencias de verdad, belleza y sentido que caracterizan al corazón del hombre, en toda sociedad y época, únicamente encuentran su justa correspondencia con la propuesta religiosa. El terrorismo violenta en grado extremo ese corazón, negando desde una ideología totalitaria, con su desprecio absoluto de los derechos humanos, esas exigencias. Así, el terrorista se transforma en una especie de zombi, cuya afectividad y todos sus procesos humanos son distorsionados por el virus de la utopía; lo que deriva en la destrucción del “otro”, ya sea entendido como enemigo de clase, de la construcción nacional, de la raza elegida…

- Sin embargo, es lo que se afirma desde buena parte de los medios de comunicación…
- Y desde las cátedras, etc. No podía ser de otra manera, pues ello forma parte de lo “políticamente correcto”. Pero lo que puede sorprender a muchos es que, aquí, confluyen dos concepciones ideológicas aparentemente contradictorias. Por un lado, desde el pensamiento progresista e hipercrítico hoy dominante, se pretende eliminar la religión, especialmente la católica, al concebirse como obstáculo del supuesto desarrollo infinito de la ciencia. Y por otro, desde presupuestos antagónicos, por ejemplo los de de la “Nueva Derecha” pagana, se asegura que el cristianismo, al ser un igualitarismo fruto del monoteísmo según afirman, no respetaría otras identidades que no fueran la propia: así la violencia en todas sus formas anidaría en el cristianismo; también la terrorista. Una coincidencia, ciertamente sorprendente. En última instancia se pretende sacrificar a la religión en aras de un proyecto ideológico utópico e inalcanzable: ya sea un optimismo cientificista, ya el retorno a una comunidad pre-cristiana.

- Pero, si hoy día todo es relativo, si todo puede discutirse, si las viejas ideas se han derrumbado, ¿no es la religión enemiga del diálogo y de la tolerancia?
- Me remito a la realidad. Si alguien ha destacado por su capacidad de diálogo con otras identidades culturales -y con los hombres concretos de nuestro tiempo- han sido Juan Pablo II y Benedicto XVI. Únicamente desde la conciencia de una identidad cultural y el amor al destino de los demás puede dialogarse, si lo que se pretende es construir y no meramente parlotear. Hoy día se habla mucho y se escucha muy poco; pues la mayoría de interlocutores creen saber todas las respuestas. El relativismo es enemigo del diálogo. De hecho, un relativismo extremo, el del nihilismo ruso de finales del siglo XIX, configuró el terrorismo moderno en todas sus dimensiones; si bien sería el marxismo-leninismo el que le dotó con su carácter de presunta “ciencia”.

- ¿No podría interpretarse que, dadas sus creencias personales, el juicio que emite en su libro sobre el papel de la Iglesia católica es muy benevolente?
- ¿Lo dice por mis parcas referencias a la actitud de algunos obispos vascos? Pero, ¿no olvida usted que la inmensa mayoría de víctimas del terrorismo, en España, han sido y son católicas? No me corresponde desmentir ni justificar el dañino ejercicio de “equidistancia moral” que han practicado algunos. Pero la realidad es incuestionable: la Iglesia católica ha sido y es refugio de las víctimas en todo el mundo. Hay que ser claros: ni ETA nació en un Seminario, ni la Revolución francesa fue una explosión de amor universal. Es más, en el segundo caso se perpetraron el primer terrorismo de Estado y el primer genocidio moderno. Son tantos los tópicos circulantes, casi nunca cuestionados, que entorpecen cualquier debate serio.

- Usted insiste en desvincular religión y terrorismo. Sin embargo, el nuevo terrorismo se presenta teñido de religiosidad. Me refiero al islamismo…
- El islamismo es un intento legítimo de reforma religiosa mirando a los orígenes. No podemos identificar automáticamente islamismo con yihadismo terrorista. En el libro reservo al tema no menos de su décima parte: es injusto e incorrecto liquidar el tema con un par de tópicos al uso; sean del color que sean. Permítame una breve lectura: «Una interpretación del Islam que considere como su núcleo la entrega a Dios está reñida con una interpretación político-revolucionaria, en la cual la cuestión religiosa se convierte en parte de un chauvinismo cultural y con ello se subordina a lo político». Lo dijo Hassan II y lo recogió Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, en Una mirada a Europa, ya en 1993.

- Entonces, grupos como Verdad Suprema, Naciones Arias, los davidianos de Waco, Kach… ¿no eran, acaso, grupos religiosos?
- Esgrimían, entre otras muchas y de manera totalmente caprichosa, algunas ideas de origen religioso. Pero, ante todo, eran patologías sociales: grupos de marginados agrupados por personalidades carismáticas, pero manipuladoras sin escrúpulos y enfermas de su propio ego, en los que se mezclaban ingredientes muy variados. Ideas apocalípticas, liderazgos sectarios, prácticas sexuales atípicas, gusto desmedido por las armas… En realidad se presentaban como la exacerbación de tendencias muy “modernas”; pero totalmente contrarias a las prácticas religiosas tradicionales. En cualquier caso hay que hilar muy fino con estas cuestiones; lo que no suele hacerse. En tiempos en los que la confusión impera por doquier, es necesario un esfuerzo de clarificación. Por ello escribí, entre otros motivos, este libro. Me gusta debatir. Pero la descalificación, previa colocación de etiquetas, es lo que predomina en el horizonte actual. Que por nosotros no sea.

"Hay que exigir a ETA que pida perdón"

"Hay que exigir a ETA que pida perdón"

FERNANDO J. VAQUERO AUTOR DEL LIBRO "LA RUTA DEL ODIO. 100 RESPUESTAS CLAVES SOBRE EL TERRORISMO"

 

 

Por MARCOS SÁNCHEZ. PAMPLONA

  • "Casi todas las mujeres que se han implicado en el terrorismo lo han hecho por seguir a sus parejas"

¿Los terroristas son locos o psicópatas? ¿Es cierto que los terroristas manejan grandes cantidades de dinero? ¿Es legítimo negociar con ETA? A estas cuatro cuestiones y a otras 97 más responde el libro La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo, obra de Fernando José Vaquero Oroquieta (Pamplona, 1961). Funcionario de la Administración Central del Estado, licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, Vaquero ha estudiado Criminología en la Universidad del País Vasco. El pamplonés, coautor de La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas, afirma que su nueva obra es el resultado de un esfuerzo de síntesis "muy importante" porque "son muchas más de 100 las preguntas posibles".

¿Qué pasa por la cabeza de un terrorista?

Se produce una transformación antropológica. En un terrorista, todos sus valores y afectos se condicionan por una ideología de tipo totalitario. Esa ideología le va a regular todos los aspectos de su vida, la organización del tiempo, el ocio, las relaciones afectivas, quiénes son sus amigos, el límite con éstos y sus familiares, su estilo de vida, sus justificaciones... Casi todas las mujeres que se han implicado en el mundo del terrorismo lo han hecho por seguir a sus parejas.

¿Los hijos siguen a sus padres?

Hay muchos casos en los que sí. En ETA se han conocido segundas y terceras generaciones familiares de terroristas.

Hay una pregunta en su libro: ¿los terroristas son locos o psicópatas? ¿Lo son?

No. Sí que ha habido casos conocidos de quienes han acabado sufriendo enfermedades. Es comprensible porque la vida en clandestinidad es dura. Matar a personas como tú, por mucha ideología con la que te cargues, seguramente genera conflictos existenciales muy serios. Pero un loco o un psicópata, al ser imprevisibles, no encaja en una organización terrorista, que es un ejército que debe funcionar como la maquinaria de un reloj.

¿Disfruta matando un terrorista?

Creo que no. Que haya personas con patologías que puedan llegar a disfrutar es posible. Lo que sí sucede es que sus correligionarios, estén encarcelados o vivan en el entorno de ese mundo, lo disfrutan porque lo consideran un avance y lo celebran como tal.

Si el terrorista no disfruta y los que le rodean sí, el primero parece un títere al servicio de los segundos.

Es un reparto de papeles. Ser terrorista hace tener en el entorno una consideración extraordinaria, pero implica una servidumbre. Hay una distancia entre jalear a un terrorista que acaba de asesinar y ser tú mismo quien asesine.

¿La de atreverse a matar o no?

Claro. Desde fuera, cuando no ves al enemigo cara a cara desangrándose, es mucho más fácil hacer juicios de valor.

¿Cabe el arrepentimiento en un asesino?

Sí. En el libro cuento casos. Empiezan a tomar conciencia en prisión, generalmente. Muchos terroristas no se quieren arrepentir porque sería reconocer que la mayor parte de su vida no sólo han estado equivocados, sino que esa equivocación les ha llevado a cometer crímenes. En ETA ha habido arrepentidos, como Txelis, por su conversión religiosa, y personas que se arrepienten pero no puede decirlo porque en su pueblo, si lo dicen, pasan de ser unos gudaris a ser unos traidores o sospechosos.

¿Es iluso pensar que ETA puede pedir perdón?

Pero es a lo que deben tender el Estado y la sociedad. No se puede renunciar a que ETA pida perdón. Ese perdón debe ser presupuesto para que, un día, se puedan establecer unas bases serias para la paz. Si hay un sujeto que no reconoce sus propios errores, gravísimos, ¿sobre qué bases se va a construir la convivencia? ¿Qué seguridad vas a tener de que esta gente no se va a volver a echar al monte? No sólo podemos esperar a que ETA pida perdón, sino que hay que exigírselo.

¿Y cómo se puede materializar ese perdón?

En las actuales circunstancias sería necesaria una cuarentena democrática. Ya hemos conocido muchas supuestas treguas y muchas negociaciones. Necesitamos hechos. Si ETA no mata durante cinco o diez años, si además pide perdón, si además resarce a sus víctimas o facilita que se les pueda resarcir por parte de la gente que ha sido condenada, se establecerían las bases no voy a decir para una reconciliación, pero sí para aprender a convivir.

¿La ETA actual es la más débil de la historia, su fin está cerca?

Muy pocas personas en este país tienen información suficiente para poder hacer un juicio competente sobre este tema. En el caso del IRA, Gerry Adams y Martin McGuinness lideraron el proceso de pasar del terrorismo a la acción política resucitando una carcasa sin vida como el Sinn Fein. Eran los máximos dirigentes del IRA.

El problema es que la dirección etarra no da el mismo paso.

No lo sabemos. ¿Todas las direcciones que están cayendo últimamente son el núcleo directivo que lidera el MLNV? No lo sabemos. ¿Qué pasa con Iosu Ternera? No lo sabemos. A lo largo de su historia, ETA ha controlado todo el conjunto del MLNV. Las escisiones que ha habido han sido mínimas, como las de Aralar, que se han convertidos en unos apestados, o la de Yoyes, que fue ejecutada. Ahora no sabemos lo que está pasando. Se habla mucho de la lucha entre los amigos de las pistolas y los de la política. ¿Eso qué quiere decir, que ya no existe una dirección unificada de ETA? Nos faltan elementos de juicio.

Otra pregunta de su libro: ¿es legítimo negociar con ETA? ¿Lo es?

¿Negociar con ETA? No. ¿Explorar la situación del entorno de ETA? Sí. ¿Hablar directa o indirectamente con ETA? Por supuesto, no hay que desaprovechar ninguna oportunidad, pero con cautelas. Por eso hablaba de una cuarentena democrática. Si ETA dice que renuncia a la lucha armada, se podrá hablar con ellos para ver en qué tiempo entregan las armas, qué hacer con los exiliados y los presos, en qué plazos se les puede excarcelar, siempre con las condiciones previas que establezca el Estado. Pero ETA no puede marcar las condiciones, tendrá que ser el Estado quien las marque, por respeto a las víctimas y porque es el único sujeto en este juego con plenitud de derechos y deberes.

¿Cuándo se podrá decir que ETA ha desaparecido? ¿Cómo se está seguro de algo así? Se habla de "verificación"...

En muchos casos, la total desarticulación policial ha certificado la muerte de una organización terrorista. En otros, la transformación radical de la organización. En el caso irlandés, hubo una comisión de verificación del desarme, que aseguró que el IRA había desmantelado los arsenales y ya no cuenta con una estructura operativa autónoma. En España podremos saber que ETA ha desaparecido el día que sepamos que orgánicamente no existe, que no dispone de activistas ni de estructuras capaces de desarrollar una ofensiva terrorista, y cuando todos sus arsenales hayan sido destruidos o entregados. No me gusta que lo verifique un sujeto internacional, porque tenemos un Estado con todas las competencias para ello y, si no lo hace, quedaría relegado.

¿De qué estamos más cerca: de que la propia ETA decrete su final o sea el Estado el que lo decrete?

Mientras exista una base potencial de 200.000 electores; una dinámica de comunicaciones permanente; una comunidad de 2.000 terroristas exiliados; 700 presos en las cárceles; miles de familiares que se movilizan cada fin de semana; y movimientos sociales capilarizados en el mundo estudiantil, el feminismo, el asociacionismo y recreativo, siempre habrá un grupo de muchos o pocos que, mientras no se tome la decisión por quien la tiene que tomar, podrán retomar la antorcha de ETA. El Grapo pasó de matar a 50 personas al año a hacer atracos cada cinco o seis porque no tenía una base social de apoyo, y ETA sí la tiene. El Estado puede usar todos los medios a su alcance para reducir a ETA a su mínima expresión, pero no a su movimiento social de apoyo. En definitiva, la última palabra la tiene ETA.

LA RUTA DEL ODIO. 100 RESPUESTAS CLAVES SOBRE EL TERRORISMO

Autor: Fernando José Vaquero Oroquieta.
Editorial: Sepha.
Ejemplares editados: 1.200.
Precio: 22 euros.

http://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/mas_navarra/hay_que_exigir_eta_que_pida_perdon.html

 

Diario de Navarra, 10 de abril de 2011, página 24

"Una víctima del terrorismo es una persona 'incómoda' para una sociedad cobarde"

"Una víctima del terrorismo es una persona 'incómoda' para una sociedad cobarde"

Por Luis Balcarce, 31 de marzo de 2011

Fernando José Vaquero Oroquieta es licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y Criminólogo por la Universidad del País Vasco. Trabaja como funcionario en la Administración y se ha dedicado a estudiar el terrorismo no desde la mente de los asesinos sino de las víctimas, el dorso del terrorismo.

Un ejemplo de esta mirada denominada ‘victimología' es la obra del cineasta Iñaki Arteta, quien en sus películas 'Trece entre mil' y 'Sin libertad' centra su observación primero y ante todo en las víctimas.

'La ruta del odio' (Editorial Sepha) es el libro que 'el autor presenta en Periodista Digital donde formula 100 preguntas sobre la lacra terrorista que responde con claridad y sencillez, desde la lógica del sentido común y la información contrastada.

 

http://www.periodistadigital.com/politica/justicia/2011/03/31/vaquero-oroquieta-ruta-del-odio-sepha-terrorismo.shtml

Massimo Introvigne: «Estamos en la fase del relativismo agresivo»

Massimo Introvigne: «Estamos en la fase del relativismo agresivo»

Entrevista al director del Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones

 

ROMA, martes, 26 febrero 2008 (ZENIT.org).- Europa está viviendo una fase de «relativismo agresivo». Lo afirma el profesor Massimo Introvigne, autor del libro recién publicado en Italia «El secreto de Europa. Guía para el redescubrimiento de las raíces cristianas» («Il segreto dell'Europa. Guida alla riscoperta delle radici cristiane»), de Ediciones Sugarco  (www.sugarcoedizioni.it).

«Los nuevos relativistas agresivos en cambio quieren que el relativismo se convierta en la ley oficial del estado», afirma en esta entrevista concedida a Zenit el fundador y director del Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones (CESNUR).

 

--¿Europa sufre una crisis de identidad?

 

--Introvigne: El Santo Padre en dos ocasiones --en el discurso a la Curia romana con motivo de la felicitación navideña del 22 de diciembre de 2006 y el 24 de marzo de 2007 con motivo del cincuentenario de los Tratados de Roma-- usó una expresión más fuerte, afirmando que Europa «parece querer despedirse de la historia».

 

«Despedirse de la historia» significa echar el telón, decir adiós a los espectadores y admitir que la representación ha terminado. Ha sido bonita mientras ha durado, pero ahora se ha acabado. ¿Es posible? Ciertamente, a diferencia de las personas humanas, las civilizaciones no tienen un alma inmortal. Empiezan y acaban en la historia, y la europea no es una excepción. ¿Está sucediendo? Muchos políticos lo negarían.

 

Sin embargo, Benedicto XVI puso de relieve tres aspectos --enumerados como tales en los dos discursos que he citado-- que corresponden a datos de hecho que es muy difícil negar.

 

El primero es «la apostasía de sí misma» por parte de Europa, el rechazo a reconocer las propias raíces --que son tan obviamente cristianas que hacen capciosa cualquier discusión sobre el tema-- y la propia historia, que lleva luego a una debilidad y a una falta de identidad respecto a cualquier ataque o acontecimiento externo. Que Europa no logra hablar con un sola voz lo vemos todavía hoy a propósito de la cuestión de Kosovo.

 

El segundo aspecto es la separación de las leyes de la moral. No se trata del simple alejamiento de la política, o de algún hombre político, de la moral privada y pública, que no es un problema ni reciente ni sólo europeo, sino que se ha verificado en toda la historia humana. No, se trata de la autonomía primero teorizada y luego fatalmente practicada de las leyes de la moral. De la ética, no de la religión, así que las críticas de «injerencia» contra la Iglesia no tienen a su vez ningún sentido, tratándose aquí de la moral natural y de las reglas del juego llamado sociedad --el Papa habla de «gramática de la vida social»-- que no son en cuanto tales ni cristianas ni ateas ni budistas, y que todos deberían compartir.

 

--¿Y esta gramática de la vida social no se respeta?

 

--Introvigne: Bien, hoy en Europa se afirma que estas reglas del juego existen, y que el legislador debe limitarse a hacer de notario y a formalizar lo que ya sucede en la sociedad (o los medios le hacen creer que así es). ¿Hay parejas homosexuales? El legislador toma nota y las equipara a las familias. ¿Hay musulmanes que viven en poligamia? Que los regularice el legislador o quizá que aplique la charia (ley islámica), como querría algún personaje europeo incluso influyente. ¿En los hospitales se practica la eutanasia? Que el Estado notario la regule por ley, como acaba de suceder en Luxemburgo.

 

El tercer aspecto es la crisis demográfica, el hecho dramático de que en Europa nacen cada vez menos niños. Sobre este punto, los hechos se oponen obstinadamente a las teorías de quien dice que Europa no está en crisis. En este sentido, los resultados aparentemente en tendencia contraria de algunos países a menudo derivan de simples normas nuevas sobre la ciudadanía, que cuentan entre los ciudadanos también a los hijos de los inmigrantes nacidos en esos países.

 

--Laicismo agresivo y anticristiano, relativismo... ¿estamos en tiempos oscuros?

 

--Introvigne: Un intelectual no católico, al contrario comunista, como Antonio Gramsci [político, filósofo y teórico marxista italiano (1891-1937), ndr.] decía que cuando hace mal tiempo se tiene la tendencia a enfadarse con el barómetro, mientras que «si abolimos el barómetro, no por ello abolimos el mal tiempo».

 

Hoy en Europa asistimos a este fenómeno: dado que Benedicto XVI es el único, o casi el único, en denunciar la dramática situación de crisis sobre los tres aspectos a los que he aludido --quizá porque no tiene que presentarse a ninguna elección, en la que los electores normalmente no premian a quienes anuncian malas noticias-- en el imaginario de un cierto laicismo europeo acaba convirtiéndose en una especie de barómetro de Gramsci.

 

Pero impidiendo que hable el Papa --como sucedió en Roma en la Universidad «La Sapienza»-- no hace que los problemas desaparezcan como por encanto. Hay otros que piensan que los problemas denunciados por el Papa son en realidad recursos: que la crisis de la familia tradicional, el aborto, la eutanasia, la negación del concepto de ley natural, el multiculturalismo sin freno según el cual la oposición a la legalización de la poligamia en una sociedad donde hay musulmanes es una forma de racismo..., son fenómenos positivos, que hay que promover, que nos llevarán a una sociedad con menores conflictos.

 

Para éstos el conflicto nace de la pretensión de quien cree que existe una verdad; mientras que donde se acuerda que no existe la verdad el conflicto desaparece.

 

Esta utopía ha sido tan a menudo desmentida por la historia que sostenerla debería resultar ya ridículo: pero no es así.

 

Donde las sociedades son complejas --y la Europa de hoy lo es-- no hay modo de evitarlo: o se encuentra, entre personas que tienen culturas y religiones diversas, una «gramática de la vida común», reglas comunes que permitan convivir --que pueden derivar sólo de la razón y de la ley natural que la razón puede conocer-- o quedamos reducidos al conflicto de todos contra todos.

 

O las cuestiones conflictivas se resuelven con el recurso a un derecho natural válido para todos, o se resuelven a golpe de violencia y bombas.

 

--Usted habla de diversas fases de relativismo. ¿Dónde estamos hoy?

 

--Introvigne: Estamos en la fase del relativismo agresivo. El antiguo relativista teorizaba, aunque no siempre practicaba, la máxima de Voltaire según la cual «yo no comparto tu idea pero estoy dispuesto a dar la vida para que la puedas sostener libremente».

 

Como sabemos, Voltaire era el primero que no ponía en práctica esta máxima cuando se trataba de la Iglesia católica.

 

Pero había, y hay todavía, viejos volterianos que creen de verdad en lo que dicen y que, aún siendo personalmente relativistas, no piden al Estado que castigue a quien no es relativista.

 

Los nuevos relativistas agresivos, en cambio, quieren que el relativismo se convierta en la ley oficial del Estado, con la consiguiente represión penal de los no relativistas. Un simple ejemplo: los viejos relativistas afirmaban que «la alcoba de un homosexual es su castillo» (adaptando una vieja máxima inglesa: el castillo es el lugar en el que ni siquiera el rey con sus leyes puede entrar). Según esta visión, el estado no debe ocuparse de los homosexuales, al igual que de los heterosexuales, Todos deben poder ser libres de hacer todo lo que quieren.

 

El nuevo relativista pretende en cambio que el Estado construya al gay los muros del castillo y arreste a quien se acerca o incluso simplemente quien expresa opiniones críticas. Este es el sentido de las leyes sobre la «homofobia», que no castigan a quien maltrata o insulta trivialmente a los homosexuales (para esto están ya las leyes ordinarias) sino que, según la fórmula de la ley propuesta por el Gobierno italiano ahora dimisionario, reprimen a quien expresa «juicios de superioridad», es decir considere la unión heterosexual intrínsecamente superior a la unión homosexual, o piense --como hace la Iglesia-- que esta última es intrínsecamente desordenada.

 

--Y entonces, ¿cuál es el secreto de Europa?

 

--Introvigne: El secreto de Europa es su historia milenaria, en la que entran ciertamente otras componentes --por ejemplo, es del todo imborrable la aportación de las comunidades judías--, pero que en su itinerario de fondo es cristiana. Aunque recubiertos por los detritos de un enorme cortafuegos abierto por el laicismo y el relativismo, los valores de esta historia están todavía vivos y presentes.

 

Ciertamente están más vivos en algunos países que en otros: por ejemplo, sobre Italia, Benedicto XVI dijo en el congreso eclesial de Verona, el 19 de octubre de 2006, que «la Iglesia aquí es una realidad muy viva, --¡y lo vemos!-- que conserva una presencia capilar en medio de la gente de toda edad y condición» y que «las tradiciones cristianas están a menudo todavía arraigadas y siguen produciendo frutos».

 

Ahora, se podría decir que el mismo Benedicto XVI, por una parte, habla de una Europa «dispuesta a despedirse de la historia» y, por otra, ve «tradiciones cristianas todavía arraigadas», al menos en algunos países: ¿no habrá quizá una contradicción? La respuesta es no.

 

El Papa hablando de la crisis de Europa no nos convoca a un funeral sino a la cabecera de un enfermo. Un enfermo grave, del que es inútil esconder la gravedad de su condición. Pero un enfermo que tiene todavía en sí --escondidas en alguna parte-- las potencialidades para curarse. Como el buen médico, Benedicto XVI por una parte no se calla ante los peligros de que la enfermedad pueda convertirse en mortal y por otra escruta con atención y valoriza sistemáticamente cada pequeña mejoría, cada atisbo de curación.

 

Si en el desierto de vez en cuando brota una plantita, no hay que arrancarla sino cultivarla para que se convierta mañana en un árbol y pasado mañana en un bosque. Pero para cultivar la plantita hay que regarla, y no basta el entusiasmo: que incluso, cuando este se dirige al Papa, a sus intervenciones y sus viajes, es siempre un buen punto de partida. Se necesita el agua sólida de la doctrina y del magisterio.

 

El libro «El secreto de Europa» nace de la experiencia de treinta y cinco años de actividad que he realizado en la Alianza Católica, una agencia de laicos católicos que tiene como fin principal el estudio, la difusión y la aplicación de la enseñanza del magisterio pontificio.

 

Pero, al igual que en estos años y sin absolutamente despreciar a quien en la Iglesia tiene otras vocaciones o actúa con modalidades diversas, la obra de difusión de las enseñanzas del Papa (pienso por ejemplo en el magnífico fresco de la historia profana y de la historia de la salvación en la Spe Salvi, desaparecida del radar de los medios de comunicación tras pocos días de su publicación) me parece indispensable y urgente.

 

Por Miriam Díez i Bosch, traducido del italiano por Nieves San Martín

 

 

 

Entrevista a Mario Mauro, Vicepresidente del Europarlamento: El cristianismo y el futuro de Europa.

Entrevista a Mario Mauro, Vicepresidente del Europarlamento: El cristianismo y el futuro de Europa. BRUSELAS, lunes, 28 enero 2008 (ZENIT.org).- ¿Hacia dónde va Europa? ¿Qué será de las raíces cristianas? ¿Sobrevivirá a la caída demográfica y a la crisis moral que la atenaza? ¿Logrará renovar y alimentar la esperanza de las nuevas generaciones? ¿Cómo logrará integrar tantos y diferentes flujos de inmigrantes?

Estas y otras preguntas ha hecho Zenit a Mario Mauro, vicepresidente del Parlamento Europeo, profesor de Historia de las Instituciones Europeas y autor del libro en italiano «El Dios de Europa» («Il Dio dell'Europa», Ediciones Ares, 2007).

--¿En qué punto está la Constitución Europea? ¿Hay posibilidades de que se reconozcan las raíces cristianas?

 

--Mauro: Aún conservando elementos de imperfección y con modestos progresos logrados en cuanto al proceso de decisiones, podemos afirmar que, tras la firma del Nuevo Tratado sobre la Unión Europea, la democraticidad de la Unión habrá crecido.

 

El órgano legislativo y representativo por excelencia, aquél que en todos los estados nacionales tiene competencia exclusiva (o casi) respecto a la iniciativa legislativa, es decir el Parlamento Europeo y con él los ciudadanos europeos, puede afirmar que es el gran vencedor del Tratado de Reforma.

 

Tratado que no tiene ya un carácter constitucional sino que mantiene importantes realizaciones en cuanto a legitimidad democrática, eficacia y refuerzo de los derechos de los ciudadanos (con algunas importantes excepciones respecto al Reino Unido y otros estados miembros): uno de los primeros artículos del Tratado de la Unión Europea (UE) define claramente los valores en los que se funda la Unión Europea, otro artículo enuncia sus objetivos. No siendo ya un documento de valor constitucional, la ausencia de una alusión a las raíces cristianas tiene menos peso y se puede considerar reabierta la partida.

 

--Usted es autor del libro «El Dios de Europa». ¿Puede decirnos sus conclusiones? ¿En qué cree la Europa de hoy?

 

--Mauro: El libro puede ayudarnos a responder a preguntas vitales para el futuro de nuestro continente. ¿Hay un hilo conductor de la historia europea que se pueda considerar vinculado a las decisiones históricas de De Gasperi, Adenauer y Schuman? ¿La Europa de hoy responde todavía al proyecto de los padres fundadores? ¿Cómo se puede volver a estas cuestiones fundamentales como la del pueblo europeo y sus aspiraciones? ¿Qué falta hoy en la «aspiración europea»? ¿Por qué, a pesar de los rechazos a la Constitución Europea, parece que nadie quiere afrontar con decisión el problema central de la identidad europea? ¿Cuáles son los espacios disponibles para el protagonismo de la sociedad civil europea? ¿Existe un reconocimiento real y concreto de la subsidiariedad a nivel europeo?

 

Benedicto XVI recuerda que los grandes peligros contemporáneos para la convivencia entre los hombres vienen del fundamentalismo --la pretensión de poner a Dios como pretexto para un proyecto de poder-- y del relativismo --considerar que todas las opiniones son igualmente verdaderas--. La involución del proyecto político que llamamos Unión Europea hoy tiene que ver con estos factores.

 

El problema de Europa nace del hecho de que la relación entre razón y política se ha desviado sustancialmente de la noción misma de verdad. El acuerdo político, que justamente es presentado como sentido de la vida política misma, se concibe hoy como un fin en sí mismo.

 

Por ello, he querido analizar las principales políticas de la Unión Europea usando como hilo conductor las intuiciones de los padres fundadores y la promoción de la dignidad humana propia de la experiencia cristiana. La situación de «impasse» que experimenta Europa debe conducirnos a una profunda reflexión.

 

Más allá de la capacidad de lograr un buen acuerdo sobre el presupuesto, el viejo continente está perdiendo el propio horizonte, la propia dimensión. Tras la era Kohl, Europa ha estado dominada por políticos sin la audacia necesaria para poder generar futuro y sin la fuerza para poder mantener la fe en la construcción política creada hace poco más de cincuenta años por los padres fundadores. Una generación de políticos que llegó a una idea de Europa, rechazada por los referendos francés y holandés, según la cual, la integración cada vez más intensa se ha convertido en un valor en sí misma.

 

--Actualmente, en la Unión Europea se practica un aborto cada 25 segundos y cada 30 segundos hay una separación familiar. A pesar de la grave crisis demográfica, en el Parlamento Europeo parece prevalecer una cultura que propone formas de familia alternativas a la natural, matrimonios homosexuales, píldoras abortivas y eutanasia, mientras que países como Polonia en los que los abortos disminuyen son criticados. ¿No cree que continuar con un modelo cultural malthusiano marcará la decadencia de Europa?

 

 

--Mauro: Sí y hay un peligro mayor. La decadencia de nuestro continente es sobre todo el resultado de una crisis de nuestra identidad europea como pueblo.

 

En este sentido, creo que el reciente discurso del Papa a los embajadores acreditados ante la Santa Sede, en el que ha expresado su esperanza de que la moratoria aprobada por la ONU sobre la pena de muerte pueda «estimular el debate público sobre el carácter sagrado de la vida», constituye el punto central del debate sobre la futura Europa.

 

Según mi experiencia, considero que los cinco puntos en los que se juega el futuro de Europa son la crisis demográfica, la inmigración, la ampliación, la estrategia de Lisboa y la política exterior. Puntos íntimamente relacionados entre sí por un mínimo denominador común: la identidad de Europa. Sin tener clara su identidad, Europa no podrá dar ningún paso adelante en esos cinco retos.

 

Corremos el riesgo de que la respuesta a la crisis demográfica sea puramente ideológica, privilegiando obras de ingeniería social. La UE no puede ignorar el factor cultural en la repercusión sobre los índices de fertilidad, es decir las convicciones personales que sostienen la apertura a la vida.

 

--Sin embargo, si se sale de las sedes de la política de Bruselas y Estrasburgo, parece que entre las nuevas generaciones ha nacido una cultura optimista y pro vida. En Londres hubo una manifestación contraria al aborto. En Madrid, las familias salieron a la calle el 30 de diciembre. El 20 de enero, en París, hubo una manifestación europea a favor de la vida. Antes de Navidad, en Estrasburgo, los movimientos por la vida europeos se reunieron y están tratando de recoger diez millones de firmas para pedir al Parlamento Europeo el reconocimiento de la persona desde la concepción hasta la muerte natural. Cuatro décadas después de la revolución del 68, ¿los tiempos cambian? Usted, ¿qué piensa?

 

--Mauro: Desde hace muchos años, siguen difundiéndose, sobre todo por los medios de comunicación más potentes y persuasivos y por parte de la mayoría de las formaciones políticas en Europa, ideas sobre la familia que, a decir poco, son erróneas o desviadas y no contribuyen absolutamente a ayudar a la sociedad civil, a la que no se hace más libre sino que se la vacía de toda certeza sobre la propia vida.

 

En este contexto alarmante, las manifestaciones y las iniciativas en defensa de la vida y de la familia tradicional, que en toda Europa encuentran cada vez más apoyo, son un claro signo de que hay personas que todavía creen, y que están dispuestas a luchar por ella, por el respeto de la dignidad y el carácter sagrado de la vida humana; vida que desde la concepción se realiza plenamente a través del nacimiento, el crecimiento, el matrimonio, la procreación y la muerte natural.

 

El desafío, antes que político, es educativo y cultural, parte de la concepción de la vida y de la persona que está en juego y de la honestidad intelectual con que se afronta. Aunque hay posturas fuertemente ideologizadas que resisten, está aumentando la apertura a una confrontación a partir de elementos de racionalidad y no de reacciones de tipo emotivo.

 

Y esto, a nivel europeo, emerge tanto entre los políticos como en la opinión pública. Aparte de algunas posturas cerradas a priori y enfocadas a la contraposición o a la demonización del adversario, está surgiendo una disponibilidad nueva a la confrontación, motivada por una creciente sensibilidad hacia la dignidad de la vida, gracias también a los resultados que proporciona la ciencia.

 

Como declaró recientemente el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Angelo Bagnasco, es necesario que las leyes se adecuen al estado del conocimiento, que cambia con el tiempo, especialmente en el campo bioético, y por ello he presentado, juntos a otros colegas, una interrogación escrita a la Comisión Europea, respecto a la financiación de la investigación sobre células madre embrionarias, en la que pedimos «valorar a la luz de los recientes descubrimientos científicos hechos por científicos japoneses si es todavía necesario continuar dando fondos a proyectos para la investigación sobre células madre que destruyen embriones humanos».

 

--Tras la multitudinaria manifestación de apoyo a la familia que se vivió en Italia en 2007 («Family Day), está teniendo un cierto éxito la propuesta de moratoria del aborto lanzada por el diario italiano «Il Foglio». ¿Qué opina?

 

--Mauro: Como en Londres, Madrid, París, Estrasburgo, también en Roma los italianos han salido a la calle para reafirmar una idea de vida y de familia «alternativa» a los modelos que la sociedad y la política están tratando de imponernos. Un modelo que sitúa en el centro al hombre y su búsqueda de la verdad.

 

¿Qué país será Italia dentro de treinta años? Es una pregunta que afecta a todos, de derecha y de izquierda, católicos y aconfesionales, como afecta a todos el evidente deterioro de la sociedad italiana y su clamorosa debilidad en la formación de las nuevas generaciones.

 

Porque si una sociedad libre no logra formar nuevos individuos capaces de gestionar responsablemente la libertad, estará fatalmente destinada a ver cómo crece su nivel de autoritarismo.

 

Recordé antes el reciente discurso del Santo Padre que, el 7 de enero, hacía un llamamiento a la comunidad internacional para que la moratoria aprobada por la ONU sobre la pena de muerte pueda estimular el debate público sobre el carácter sagrado de la vida humana. El 8 de enero, Giuliano Ferrara [director del diario], en «Il Foglio», recoge esta petición y lanza una propuesta de moratoria del aborto que suscita un animado debate.

 

Desearía que los gobiernos nacionales y los organismos internacionales clarifiquen el uso ambiguo de términos como «salud reproductiva», que en sus aplicaciones tienden a convertir las prácticas abortivas en un comportamiento estándar. Las instituciones internacionales, como las Naciones Unidas y la UE, no pueden transformarse en una especie de supermercado de los derechos; han nacido para favorecer la paz y el desarrollo, es decir para tutelar la vida humana y para garantizar la legitimidad de un derecho natural que toda la humanidad tenga como referencia.

 

--Junto a Elisa Chiappa, usted ha escrito el libro en italiano para niños «Pequeño diccionario de las raíces cristianas de Europa» («Piccolo dizionario delle radici cristiane d'Europa», ediciones Ares). ¿Qué historias, personajes e imágenes usaría usted para explicar la Europa cristiana a los niños?

 

--Mauro: Con este libro, Elisabetta y yo hemos tratado de contar a los más pequeños la Unión Europea de hoy, la Europa que fue y que a través de los siglos ha llegado a una fisonomía concreta, y la Europa que será, para hacerles comprender el mundo y la civilización en que han nacido y a la que de mayores darán su aportación.

 

Hemos tratado de hacerlo mediante un diccionario, palabras elegidas con cuidado y explicadas no sólo por un bonito texto sino por las bellísimas imágenes de Benedetto Chieffo. Para hacer todavía más sencillo e interesante el conocimiento de Europa, el libro tiene un anexo con «Eurovia», un juego sobre la bandera europea que propone una carrera atractiva e instructiva a través de todos los países de la Unión.

 

Estoy convencido de que la identidad civil y nacional de Europa se funda en las raíces culturales y religiosas de una tradición bimilenaria. Tenemos que ser capaces hoy de decir lo que somos. En qué creemos.

 

Para tener una Europa mejor, debemos volver a creer, trabajar, movilizarnos por ella. Europa nace cristiana, bajo la protección de san Benito de Nursia, los santos Cirilo y Metodio, santa Catalina de Siena, santa Brígida, santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein); no podemos dejar que sea presa de mistificaciones y manipulaciones.

 

Baste un ejemplo. La referencia al cristianismo está incluso en el símbolo por excelencia, la bandera, porque las doce estrellas provienen del culto a la Virgen María y están desligadas del número de estados adherentes. No todos lo saben, porque el verdadero origen de la bandera con doce estrellas ha sido objeto de un olvido culpable dentro de las instituciones comunitarias.

 

Hace falta, en pocas palabras, otro paso: existe la oportunidad para toda una sociedad de reencontrarse a sí misma y de reencontrar la propia identidad, el propio rostro, y también el propio fin, la razón por la que somos lo que somos ¿Tenemos o no tenemos el deber de responder a este reto? El diccionario tiene el sentido de clarificar y restituir el significado de las palabras que definen a Europa. Un primer paso hacia el reto al que estamos llamados.

 

--El jueves 10 de enero usted presidió la sesión plenaria para la firma de la Carta de los Musulmanes Europeos y pronunció el discurso introductivo. ¿Puede decirnos en qué consiste? ¿Qué significa este documento en el año que la UE dedica al diálogo interreligioso del que usted es delegado? ¿Ha previsto otros momentos de confrontación y debate?

 

--Mauro: Más de 400 organizaciones musulmanas de 28 países del continente, incluida Turquía, han firmado la Carta de los Musulmanes de Europa, elaborada por iniciativa de la Federación de Organizaciones Islámicas de Europa.

 

En los 26 puntos del documento, se recuerdan los derechos y las responsabilidades de los musulmanes, invitados a «una integración positiva», se sanciona la paridad entre hombre y mujer y se rechaza el terrorismo fundamentalista.

 

La Carta es un código islámico de buena conducta, compromete a la comunidad musulmana europea a participar en la construcción de una Europa común y de una sociedad unida, a participar además en el desarrollo de la armonía y del bienestar en nuestras sociedades y a desarrollar plenamente el papel de ciudadanos en el respeto a la justicia, la igualdad de derechos y a la diferencia. Por primera vez, una Carta da un código de conducta a los musulmanes de Europa que no debe estar en contradicción con las legislaciones europeas. Es un óptimo impulso al refuerzo del diálogo intercultural e interreligioso, también a la luz de la insistencia en el deber que tiene el musulmán de respetar al no musulmán. Es esperanzador que en la Carta de los derechos haya una parte dedicada a la familia como condición indispensable para la felicidad de los individuos y para una sociedad estable, y que incluya la apertura a una paridad entre hombre y mujer.

 

Por Antonio Gaspari

Entrevista exclusiva al filósofo amenazado Robert Redeker: "El Islam político tiene la intención de transformar Occidente".

Entrevista exclusiva al filósofo amenazado Robert Redeker: "El Islam político tiene la intención de transformar Occidente".

El 19 de septiembre 2006, Robert Redeker, filósofo, profesor, miembro de Les Temps Modernes, publicó un texto titulado Frente a las intimidaciones islámicas, ¿qué debe hacer el mundo libre? en Le Figaro, donde afirma que los pensadores islámicos  radicales  influyen mucho en nuestras sociedades occidentales,  que la forma de la educacion islamica es el Corán donde cohabitan odio y violencia, y que si la historia del cristianismo tiene violencia es porque se aparta de las enseñanzas de Jesucristo. Desde entonces, Robert Redeker esta amenazado de muerte ya que el jeque islamista Youssef al-Qaradawi ha decretado una  una “fatwa”contra él. Ha concedido una entrevista a nuestra colaboradora Carmen Leal, profesora, miembro de Convivencia Cívica Catalana. 

    

(Carmen Leal – Especial para LD) El filósofo Robert Redeker es escritor, profesor de Filosofía en el Liceo Pierre Paul-Riquet de Saint-Orens-de-Gameville (Toulouse) y de la ENAC. Miembro del comité de redacción de la revista Les Temps Modernes, del comité científico del CALS (Universidad de Toulouse-le-Mirail), del comité de redacción de la revista Des Lois et des Hommes y de la comisión Filosofía – Ciencias Religiosas – Psicoanálisis del Centro Nacional de Libro (Centre National du Livre).

 

Pregunta: ¿Usted suponía que el articulo iba a tener unas consecuencias tan terribles?

 

Respuesta: Realmente el artículo no dice lo que piensan mis enemigos que dice, sino que exhortaba a los occidentales a valorar su propia cultura frente a las culturas que nos van llegando, sobre todo en lo que se refiere a la libertad de expresión como consecuencia de una sociedad abierta, a la libertad de pensamiento, esto es todo. Hay una cierta vergüenza a mostrar nuestra cultura ante las culturas que nos llegan y lo que ha conseguido nuestra sociedad .

Otra cosa es que por debilidad nuestra cultura esta cediendo ante costumbres que nos vienen impuestas desde otras culturas como el velo islámico que es signo religioso de sometimiento. En Francia, cada vez hay mas hombres musulmanes que se niegan a que sus mujeres sean atendidas en un Hospital por un hombre médico, exigen que sea una mujer médico con los problemas que eso comporta , y se esta permitiendo en los hospitales franceses. Hay un decreto ministerial en Francia en el que se permite que en las piscinas municipales haya distintos horarios para hombres y mujeres.Todo por la influencia de la comunidad musulmana  y de su religión que no permite a los hombres ver a una mujer con traje de baño.

 

P:¿Cómo le ha cambiado la vida un simple artículo en Le Fígaro?

 

R: Vivo como un proscrito. No puedo ejercer mi profesión de Profesor de Filosofía, he de cambiar de domicilio, y hasta para comprar el periódico, he de recorrer cincuenta kilómetros.

 

P: A Usted le han llamado “islamofóbico” ¿ se considera usted así ?

 

R: Eso es una tontería. Se empleó esa palabra para denominar a quienes condenaban las prohibiciones ilógicas de Homeini Se ha criticado el fascismo, el comunismo,el cristianismo. Se ha criticado una religión o un conjunto de ideas y no hemos colocado la palabra “fobia” a nadie. La crítica no es fobia, esto no es un adjetivo correcto simplemente se critican unas ideas y en el articulo se critican unas ideas religiosas.

 

P: Se critican las ideas, es decir se someten al pensamiento crítico.¿ Qué diferencia hay entre creer y pensar/razonar?

 

R: Para pensar se utiliza la razón,  es un trabajo de las luces de la inteligencia. La razon desliga de las propias creencias. El pensamiento se ejecuta incluso en contra de las propias creencias La creencia es un dogmatismo, es una prisión. En el pensamiento, uno busca la verdad aunque sea difícil de hallar, sin embargo en la creencia se acepta una verdad establecida. La verdad en el pensamiento racional en el trabajo científico es un hallazgo  y en el caso de la creencia la verdad es un “a priori” .

 

P: ¿ Todas las culturas son iguales y respetables?.

 

R: No . Hay culturas de violencia y otras de no violencia, de igualdad y de respeto. Hoy día tenemos mucho miedo a que nos tilden de “racistas” pero es absurdo decir “racista” a quien critica al islam, por ejemplo. Hay muchas etnias islámicas. Hay culturas totalitarias que no respetan los derechos humanos. No todas las culturas tienen los mismos valores, pensemos en la cultura azteca, con los sacrificios humanos, y en otras culturas antiguas. Hay culturas que no respetan la evolución. Desde círculos de izquierdas, se dice que hay que tolerar esas culturas y convivir bajo el epígrafe de la tolerancia de todas las culturas. Eso esta bien mientras no convivan aquí entre nosotros. Pues no, esa es una traición de la izquierda porque todas las culturas deben respetar la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad.

 

P: Se habla mucho de la “alianza de civilizaciones” ¿cómo podemos convivir en un mundo tan globalizado?

 

R: La democracia ha de pervivir. No se ha de adaptar el mundo occidental a la cultura musulmana, sino que ha de ser al revés, los musulmanes de aquí  han de adaptarse poco a poco a las reglas de occidente. Sigo diciendo que la palabra “racismo” nos da mucho miedo pero hay que luchar contra las ideas y no contra las personas y eso es muy distinto. Hay una gran desconfianza. El Islam político tiene la intención de transformar el mundo occidental y acercarlo hacia el islam. Sin embargo, en Occidente el estado laico no va en contra de ninguna religión en particular, sino que permite la práctica de la religión que tenga cada ciudadano. El Estado solo dicta las reglas de convivencia. A mi me choca mucho el velo islámico en las mujeres en las calles de Francia, siendo el velo un signo político.

 

P:¿Cabría la posibilidad de que se pusieran en contacto intelectuales demócratas de Francia con intelectuales marroquies, islámicos para interpretar de otra manera la religión?

 

R: Se ha de trabajar mucho porque hay mucho miedo. Los moderados de allí desconfían. Acercar posturas para integrar cuando se verifica que una cultura es “inferior” entendiendo por inferior menos libertades , menos igualdad de derechos entre hombre y mujer por ejemplo,  es muy difícil porque hay que renunciar a muchas cosas y esas gentes tienen la sensación de traicionar a sus ancestros.

 

P: ¿Qué me dice del terrorismo islámico?

 

R: Se habla del terrorismo como resultado de la miseria, como una especie de resultado de que la miseria deriva en conflicto social y de ahí a la revolución y al terrorismo como forma inmediata. No lo creo. Es una cuestión ideológica. Las personas que atentaron en EEUU y en Londres eran personas cultas, instruidas. Creo mas bien en una paranoia de grupo.

 

P: ¿ Cómo es posible que la cultura islámica tan potente hace siglos no haya evolucionado?

 

R: En el siglo I fue espléndida, aunque había una cara oculta, el esclavismo. La historia demuestra que el islam incorporó la esclavitud, pero a partir del siglo XIII hay una postura oscurantista que ha motivado su declive.

 

P: Como Usted es Profesor de Filosofía, háblenos de la Educación, de su concepción de la educación. ¿La educación está en crisis ?

 

R: No creo que sea solamente una crisis de la Educación, yo creo que la crisis está en el sistema de vida. No de la vida social, ni biológica , sino de la “vida humana”, del “ser” del hombre. Ya no sabemos qué es el hombre y por eso no sabemos qué es la escuela, qué es la educación.

 

P: ¿Y qué debe ser la educación , la formación del hombre?

 

R: La formación debe estar ligada a la tradición. No a una tradición cerrada en una nación o en una cultura folclórica ,sino a la tradición-fuerza que arrancando de una cultura concreta , limitada,  le lleva a una cultura universal. Tradición en el sentido espiritual, intelectual, lo que Hegel llama cadena de seres que piensan. Para mí significa vincular las nuevas generaciones a las viejas, porque la formación renueva el mundo. La enseñanza vincula un hilo dinámico que recorre el tiempo como el hilo de Ariadna. La enseñanza arranca al alumno del presente hacia el pasado, le pone en presencia de un mundo ausente, le pone ante Cervantes, Dante, Stendal, Durero o Goya; se le coloca ante el pasado, o sea que reorganiza la temporalidad. Al alumno se le incorpora a una tradición, a la de la mente humana. Mediante la enseñanza al alumno se le hace contemporáneo de los autores del pasado se le conduce a un tiempo intelectual. Pero además la educación va más allá porque  lleva  al alumno al mundo del pensamiento, al mundo de las ideas. Es un mundo espiritual, invisible, el mundo de la mente, le lleva al País del pensamiento, lo instruye como habitante de ese País. Educamos a los que nos sobrevivirán,se trata de no dejar morir lo que nos ha sido transmitido , de no dejar desertificar el País del Pensamiento. Y se trata de  preparar al otro para vivir después de nuestra muerte. Son dos conceptos :educación y muerte que nuestra época se niega a unir, pero  el hombre es el único ser vivo para el que la muerte es una preocupación.

 

P: ¿La escuela debe ser utilitaria?

 

R: Para pensar hay que alejarse del cuerpo y de las pasiones. Sócrates decía que el alma razona cuando nada le perturba ( ruido o placer), necesita una especie de ascetismo. Para Platón el razonamiento es el vehículo que nos transporta hacia el pensamiento. En la metafísica de Aristóteles ya se dice que los hombres desean saber por el placer de saber. El saber debe ser “gratuito” no para beneficio de nada en concreto y es precisamente ese “saber gratuito” lo que nos diferencia de los animales que “aprenden para “. Este saber es propiamente humano y hay que hacer comprender al alumno ese placer. Ese placer se apoya en la nocion de ocio. La palabra “escuela viene del griego “skholé” (placer y ocio). Hoy interpretamos el ocio como no trabajo,  diversión y  consumo, sin embargo ocio es el espacio comun a maestros y alumnos  domde el espíritu puede estar desembarazado , es colocar al alumno  fuera de lo inmediato, de las necesidades de la sociedad para ir por otro camino hacia el Pais del Pensamiento. Recordemos a Platón en el mito de la caverna, uno de los prisioneros el que esta destinado a la libertad y al conocimiento de la verdad es desatado por la fuerza, arrancado de su miserable condición.

Estamos prisioneros de nuestros deseos en la caverna de Platón hay que salir de la caverna hacia la luz y para ello se necesita violencia, hay que violentar la voluntad del alumno para llevarle hacia la Luz del pensamiento.

“Escuela” se opone a la “cultura del resultado”, escuela es lo contrario de “trabajo”, del para qué saber, estudiar. Pues hay que decir que “para nada”, por el placer de “saber”. Y por qué saber ?, ¿por qué pensar? Cuando se pregunta para qué saber,para qué pensar hay que contestar que para SER, para “ser humano”, para distinguirse del animal, para llegar al Pais del Pensamiento.

La diferencia entre el hombre y el animal reside en la intuición de las esencias, según Kurt Gódel. El objetivo de la escuela es la “gratuidad” no la “inutilidad” . Decir que es inútil es un insulto.  La utilidad llegara por añadidura  y está subordinada a lo esencial. Aprender a pensar es aprender a distanciarnos de nosotros mismos, hay un desprendimiento, un alejamiento , eso supone hacer crítica.

 

P: ¿Es necesaria la educación para la sociedad ?

 

R: La preocupación de cualquier sociedad es la de sus supervivencia y para eso se necesita la educación. Hoy la preocupación de la sociedad por la educación no esta regida por el temor a su desaparición sino por la voluntad de poder y básicamente económico. El verdadero objetivo es el poder económico y es lo que motiva las ideas oficiales sobre la educación. Nos exponemos entonces a limitar la educación al utilitarismo. Sin embargo aprender a desprenderse de sí mismo significa aprender un espíritu crítico, aprender la crítica. La escuela debe enseñar a razonar. Sócrates dice que el alma razona mejor cuando no vienen a perturbarla ni audición ,ni visión, ni dolor, ni placer alguno,  cuando se concentra en sí misma. Solamente se puede alcanzar el Pais del Pensamiento cuando se ha aprendido a desprenderse de la sociedad, del mundo cotidiano y de sí mismo.

 

P: ¿Quién debe decir lo que debe ser la educación?

 

R: Desde luego no los economistas, , ni la opinión pública, ni el pueblo. La educación sobrepasa lo que un pueblo quiere en un momento determinado, porque los pueblos están impregnados en el presente. Tampoco puede ser la fábrica de hombres de la calle, el hombre de la tele-realidad, un hombre sin cualidades. Toda educación se pierde si cae en la idea democrática.. La educación ha de ser aristocrática, ha crear hombres singulares y no clones. Por lo tanto ha de ser “aristocrática”, entendiendo por aristocrática lo mejor para todos.

 

P: ¿Quién debe educar?

 

R: El pensamiento. Porque es el pensamiento quien debe educar a los educadores. Y es él quien debe definir lo que la educación debe ser, no la sociedad, no el pedagogismo, esa pedagogía moderna dominante desde 1980 y que no es mas que “enseñante de la ignorancia”,El mundo moderno vive bajo la losa de la “sociedad”, palabra de valor que ha suplantado a la palabra Dios. La sociedad es lo mas importante y la educación se piensa en relación a la sociedad. La educación se concibe como integración. Es un objetivo social, para asegurar la cohesión de la sociedad. Por eso la enseñanza se ha visto obligada a revisar a la baja sus exigencias intelectuales, sacrificando parte de la cultura para conseguir la integración.

 

P: ¿No se socializa el niño y el adolescente en la escuela?

 

R: Hablo de integración como adaptación. Adaptar a los niños al mercado. La escuela como lugar de integración en la sociedad ha llegado a ser la finalidad de la enseñanza. Un objetivo sociológico. J.J. Rouseau escribía en El Emilio hay que optar por hacer un hombre o hacer un ciudadano. Hoy la escuela ni siquiera existe para hacer “ciudadanos” sino para “aprender a vivir juntos”: la integración. Un concepto utilitarista de la educación. Se confunde educar con adaptar. La propia escuela debe ser adaptada al mundo contemporáneo, al mercado del empleo. Se pondera el éxito escolar con un vocabulario ajeno a la escuela y se habla de  “saber venderse” Se deja a la escuela sin armas  porque su finalidad ha sido el girar el espíritu hacia el mundo del pensamiento. Si la finalidad de la escuela es adaptarse a la sociedad, adaptarse a la producción, adaptarse para una profesión , la escuela se traiciona. Su papel se convierte en fabricar hombres-herramienta  para la empresa,para la industria, para la economía. Como si la función de lo humano fuese el rendimiento, he aqui el objetivo que ha subsumido todo lo demás. Y sin embargo Educar no es hacer que se tenga un buen rendimiento. Enseñar no es hacer que se tenga un buen rendimiento.

 

P: Pero la economía , el rendimiento, en una sociedad es algo a tener en cuanta en la educación  ¿o no?

 

R: A causa del imperio de la economía la cultura y su transmisión ha perdido parte de su legitimidad y las consecuencias han sido empobrecedoras, incluso en los programas escolares. Hay un desfase entre la economía y la cultura/enseñanza. No se trata de demonizar la economía ,ni la economía de mercado, sería ridículo, pero la economía no puede convertirse en regente de la vida colectiva. Entra en contradicción con la enseñanza de las Humanidades.

 

P: ¿Que papel debe jugar la educación en el siglo XXI ?

 

R: El de un contrapoder frente a  “cada vez mas rápido, mas alto,mas lejos” , el conformismo y el entretenimiento de masas. La educación humanista parece algo exótico. Se pretende que la educación se parezca a los medios de información, T.V. o Internet, que divierta, que no aburra. El entretenimiento nos envuelve y corresponde a la educación mantenerse separada del entretenimiento. Cuando he hablado de “ocio” es porque ese espacio de tiempo no es productivo . Leer un libro difícil, o estudiar durante semanas no es productivo. Los “ocios” de nuestra sociedad son espacios de tiempo liberados del trabajo pero no liberados de la producción de consumo. La educación se definiría como el “ocio”( tiempo no productivo)  liberado de los “ocios” sociales, ( tiempo no productivos pero consumista )

 

P: ¿La educación entonces se convertiria en un poder espiritual ?

 

R: El poder espiritual ya no pertenece a la Iglesia, pertenece a los grandes medios de comunicación del entretenimiento. No es la Iglesia quien da forma a lo imaginario,ni tampoco la escuela. Ahora el alma de los adolescentes la dirigen : MTV,  Skyrock, los video-clips y el deporte-espectáculo. La educación debería convertirse en la resistencia al vacío, a la vacuidad. La enfermedad de las sociedades modernas es el vacío según el filósofo Karel Kosic. La escuela se ha dejado invadir por ese vacío. La cultura se ha convertido en producto de consumo rápido y en una especie de parque temático. Todo es diversión y fiesta, pues la escuela debe ser anti-fiesta. Un contrapoder a ese poder que todo lo convierte en fiesta: Fiestas medievales con trajes de época. No el austero conocimiento histórico vinculado al trabajo del historiador   sino el consumo eufórico de una historia “disneysada”. Estamos ante una nueva barbarie que transforma cualquier asunto serio o de cultura,  en fiesta. La educación ha de transformarse en una muralla contra la fiesta, una contención al “homofestibus”

 

P: Entiendo que la educación ha de formar hombres, pero ¿qué es el hombre?.

 

R: Precisamente cualquier educación ha de responder a esa pregunta. Porque no es una respuesta simplemente científica como la darían las ciencias humanas sino que la respuesta es mucho mas rica y profunda. Es una respuesta filosófica. A esa pregunta el adolescente se hace otra ¿qué soy yo ? Y sobre todo ¿qué debo ser yo ? Nuestra época esta marcada por el empirismo, por el pedagogismo y por el conformismo. Pero el hombre no es lo que se ve de él. El ser hombre es algo invisible que se alcanza a ver con el pensamiento. El hombre no son “los seres humanos con quienes nos cruzamos cada día”. El hombre es una idea, y como idea solo existe en el pensamiento. Es un concepto filosófico  que ninguna sociología, psicología etc. puede decirnos qué es porque son ciencias de un solo plano. Hay un relativismo para el concepto de hombre.  En la cultura contemporánea es una cuestión tabú la cuestión del hombre porque implica otra interrogación ¿qué debe ser el hombre? Y obligaría a estropear el relativismo. En la cultura contemporánea se ha borrado el concepto de hombre. Michel Foucault constata”la muerte del hombre” en 1966. Las palabras y las cosas . Lo que ha muerto es el tema metafísico, la interioridad, la idea de hombre, una forma de hombre ideal que permitia la educación y la enseñanza en función de ese hombre universal.

 

P: ¿Por que ha muerto esa idea de hombre universal ?

 

R: Por tres motivos.  Las ciencias humanas, la reducción a la animalidad, y la reducción a la máquina ( el ordenador). Las ciencias humanas en la cultura moderna son incapaces de responder a la pregunta qué es el hombre de otra forma que no sea el relativismo. Ha muerto la base del hombre y se educa en función de una idea de hombre. ¿Cuál es el ideal de hombre a realizar ? Y esta es la causa de la crísis de la educación. El pedagogismo actual ha desplazado al hombre y ha colocado al niño en el centro del sistema. Al ser imposible pensar en una esencia de hombre, “un debe-ser” válido siempre, en todas partes, universal,  se ha desplazado el “debe-ser” del hombre,  al niño. El futuro ( que será hombre) al presente que es el niño. Pero el niño es el hombre que todavía no es, precisamente es niño es porque todavía no es hombre . Metafísicamente el niño se disuelve en el hombre.

 

P: Volvemos entonces al principio ¿hay una crisis de la vida humana?.

 

R: Sí ,hay una crisis de la esencia de la vida, El hombre ya no sabe ni por qué , ni cómo vivir. Las escuelas de la Antigüedad daban respuesta al cómo vivir. Durante muchos años en las escuelas de Francia  se daba respuesta a qué es un hombre y a cómo vivir. El hombre contemporáneo vive para consumir, para tener éxito, para no plantearse preguntas filosóficas, No vive para que su vida sea un éxito, sino para  tener éxito en la vida. Y tener éxito hoy supone alardear del consumo ostentoso, ser famoso  y poder consumir mañana mas que hoy. Cuando los que tienen estos éxitos, cantantes y futbolistas, son alzados como modelos de vida para niños y adolescentes existe una crisis. Cuando los modelos de vida son los famosos de la TV y no los 50 mejores hombres, mas relevantes intelectualmente, hay una crisis.  La crisis de la educación,la crisis de la enseñanza son ecos de una crisis mas profunda, de una crisis de la vida. La sociedad moderna esta afectada por una crisis de vida y una crisis de la muerte. Se deshumaniza y se animaliza la muerte. Nuestro mundo moderno no quiere pensar en ella, llamamos al psicólogo  para no pensar en ella.. Vivimos un presente líquido.   Lo líquido es la no durabilidad de las estructuras y de las formas sociales y esto no favorece a la escuela. Vivimos en un todo gelatinoso. La escuela intenta satisfacer a todo el mundo. La escuela no puede educar ni enseñar porque ya no sabemos  el Ser Hombres, vivir de una manera humana. Estamos ante una crisis metafísica de la que no saldremos hasta que no reconstruyamos la idea racional del hombre.

 

Libertad Digital, 8 de noviembre de 2007

Entrevista a AQUILINO DUQUE

Entrevista a AQUILINO DUQUE

"El exilio comunista español, al que yo traté por mi condición de funcionario internacional, vivían como reyes, amparados por el Partido Comunista ruso"

Tras cruzar una fornida verja, recorro un pequeño camino de tierra hasta la casa del escritor Aquilino Duque (Sevilla, 1931), licenciado en Derecho, miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras desde 1981, profesor de lengua española en diversas universidades extranjeras, funcionario internacional en Ginebra y Roma. Su obra abarca desde ensayos, artículos, poesía, traducciones, novela. Posee diversos premios, entre ellos, el Nacional de Literatura de 1975 por su obra El Mono Azul, siendo finalista del Nadal por la misma obra, el Washington Irving de cuentos, el premio Leopoldo Panero (1968) y el Fastenrath (1972) de poesía.

Me recibe afectuoso y amable y nos sentamos en su luminosa y agradable biblioteca.

Cuando se leen comentarios sobre usted, se encuentran adjetivos como integro, honesto, también se lee: políticamente incorrecto, fiel a sus principios, todo como algo excepcional o fuera de lo común. ¿Sorprende tanto en la España actual que un personaje público tenga un criterio propio sólido y sea fiel a sus principios?

Pues sí, es bastante sorprendente. La literatura de testimonio, de moda hace unos años, ponía el grito en el cielo constantemente, eran antifranquistas por sistema, hoy no protestan por nada. Esa supuesta “inteligenzia” tiene un doble discurso, uno pretendidamente democrático y “progresista” y otro de defensa de las dictaduras comunistas. Yo pienso que, según las circunstancias, hay democracias buenas y malas, y hay dictaduras buenas y malas, dictaduras que, en un momento dado, restablecen la prosperidad de un país, véase el caso de Chile por ejemplo.

¿Por qué esa habilidad de la izquierda para adueñarse de la intelectualidad, de la cultura?

“La derecha se cura leyendo” se decía, yo diría ahora que la izquierda se cura leyendo. La izquierda, infiltrada en todos los estamentos del Movimiento, supo hacerse con la propaganda, con la educación, minar el sistema desde adentro. Los intelectuales, los escritores de la “derecha” han sido olvidados por sistema, incluso los asesinados como el poeta malagueño del 27 José Mª de Hinojosa ha corrido suerte contraria al también asesinado Lorca, éste mitificado, aquél borrado de la memoria.

Santiago Carrillo es, hoy por hoy, un héroe de la llamada “transición española”. Implicado en la matanza de Paracuellos, estalinista, amigo intimo del tirano comunista Ceaucescu, ¿se le perdona todo a estos personajes que yo llamaría comunistas vividores?

El exilio comunista español, al que yo traté por mi condición de funcionario internacional, vivían como reyes, amparados por el Partido Comunista ruso. Prieto y Negrín expoliaron al PSOE, pero el Partido Comunista español sí disponía de fondos ilimitados. Como decía antes, han sabido controlar la propaganda y han dispuesto de medios materiales para ello.

Hace poco se ha reeditado su novela La Rueda de Fuego, obra de 1970 calificada como experimental ¿es una obra difícil para el lector?

En absoluto, quizás en 1970 si, pero no para el lector actual, es asequible al lector medio de hoy. Quizás entonces ofrecieran cierta dificultad algunos pasajes en inglés y francés que aparecen en boca de algunos personajes, pero son frases que se entienden por su contexto. Yo necesito oír a mis personajes, me los hace creíbles escucharlos en su lengua natural, con sus sintaxis y sus modismos propios.

¿Qué nuevos proyectos tiene entre manos?

Quiero publicar en la editorial Pretextos, antes de final del presente año, una nueva novela, solo adelantaré su título, La loca de Chiyan, nombre este último de un pueblo en el sur de Chile.

Usted fue Premio Nacional de Literatura en 1975 con su novela El Mono Azul, en ella se muestra un gran respeto por esos campesinos y obreros que, por ciertas condiciones sociales, cayeron en brazos del comunismo o el anarquismo, pero fue gente que conservó el sentido del deber, de la honestidad. ¿La clase trabajadora actual ha perdido esos valores?

Esa novela también fue finalista del premio Nadal y no lo ganó porque al jurado le dio miedo dármelo, por mis ideas políticas. Entonces yo vivía en Roma y, hasta entonces, existían dos premios nacionales, el José Antonio de poesía y el Cervantes de narrativa, el de poesía desapareció y al Cervantes se le cambió el nombre. En Italia no se publicó porque al editor le pareció una novela demasiado liberal. Hubo quien opinó que El Mono Azul es la obra de la verdadera “reconciliación nacional”.

En cuanto a los trabajadores de hoy día, forman parte de una clase media creada en la prosperidad del franquismo, pero educados en el conformismo y la antiespaña.

Recientemente también ha sido reeditada su divertida novela El piojo rojo, entre otros personajes, se satiriza a esos típicos progres, embaucadores que viven a costa del mito revolucionario, personajes de plena vigencia en la España zapateril ¿Es el progre de hoy más patético que nunca?

El progre de hoy no tiene una utopía que ofrecer, tras la caída del socialismo en Rusia y toda Europa del Este apenas les quedan referentes de países con régimen marxista, su postura es destructora, antes en base a ese futuro radiante, eso hoy ya terminó, no piensan en el futuro, sino en disfrutar. Mantienen el folklore revolucionario, con Cuba, Venezuela, etc.

Usted fue pionero en la valoración y reivindicación de Doñana. Su obra El Mito de Doñana se adelanta a la moda ecologista actual ¿cómo ve a esos grupos llamados verdes que denuncian atentados ecologistas según el color del gobierno del momento?

El Mito de Doñana combate el ecologismo de conveniencia política. El ministro Robles Piquer me encarga el libro, pero tras la caída del gobierno Arias Navarro, estuvo paralizado un par de años.

En un bonito artículo suyo, El mapa incompleto, donde se refiere a su obra autobiográfica El rey mago y su elefante, recuerda su infancia y cuenta, en una sutil y elegante ironía, la perdida de una pieza de madera en un viejo puzzle del mapa de España, la correspondiente a las provincias vascongadas. ¿Se ha perdido definitivamente esa pieza, estamos desintegrando el puzzle?

Aún confío en que España reaccione, el pueblo español, a España la salvarán los españoles. La gente tiene miedo, pero tengo la esperanza de que al final despierten. No se trata de que llegue un salvador, aunque un personaje con determinado perfil no sería mal recibido, pero es muy improbable que eso ocurra, además como ya digo la salvación debe venir de los mismos españoles.

Por último Aquilino, ¿echa algo en falta en su extensa bibliografía?, ¿quizás, como usted mismo ha manifestado, ese Ulyses español?

No echo nada en falta en mi obra, entre otras cosas porque no es una obra aún cerrada, está incompleta porque mi vida sigue. No me planteo tampoco el crear obras trascendentes, lo que persigo es que mi obra sea amena y fácil para el lector, que lo pase la gente bien leyéndome. Y, si acaso, dar testimonio de una época.



Una entrevista de Javier Compás para Minuto Digital

9 de agosto de 2006

Fernando González-Urbaneja: "El mundo de los medios está atormentado"

El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid tiene una visión del mundo mediático que aprecia tanto vicios presentes como esperanzas futuras: entre ellas, el periodismo digital.

10 de julio de 2006.  El burgalés Fernando González-Urbaneja, actual presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, es -en lenguaje mediático anglosajón- un "señor" por antonomasia. Y de éstos quedan pocos; al menos, no se ven.

Persona de prestigio entre sus compañeros, en este cainita oficio de escribidores y opinadores –lo cual es como que los aztecas adoraran a Pizarro-, González-Urbaneja tiene una cierta idea de la profesión periodística como Charles De Gaulle intuía lo que podía ser Francia.

Los lectores saben que es más difícil que el que suscribe dé jabón a un entrevistado, que Pepiño Blanco decida avalar la ficha de Ángel Acebes en el PSOE. Pero en honor a la verdad creo que se trata de una de las mejores entrevistas (por el entrevistado) que esta Sociedad Civil ha publicado nunca.

Porque, entre otras cosas, si uno sigue la obra de Fernando González-Urbaneja, justamente lo que hay debajo es eso, sociedad civil.

¿Cómo definiría el panorama actual de los medios en España?

Atormentado; en vísperas de cambios profundos. Tampoco es nuevo, con más o menos intensidad así ha sido siempre.

¿Se da una situación mimética entre poder político y medios?

Hay alineamientos más acusados que en otras épocas; sobre todo atribuidos por unos a los otros como argumento crítico y de descalificación. Tampoco esto es nuevo. Quizá lo novedoso es la pérdida de credibilidad generalizada de los medios. La reputación de políticos y periodistas va a la baja, unos peor que otros por razones obvias, pero en ambos casos a la baja.

Hay quien dice que nunca desde el inicio de la Transición los profesionales de la información han estado más mediatizados.

No es un fenómeno español. Al creciente poder de los medios desde otros ámbitos se ha producido un interés por los mismos, se han afinado los sistemas para influir, las fuentes (todas las fuentes) son cada vez más arrogantes, más hábiles, más "intrusistas" en los medios. Y los periodistas están más inermes. Incluso el pacto con los editores, nuestros aliados naturales, se ha debilitado y éstos andan más pendientes de quien les otorgue licencias y contratos que de quien les haga un medio sólido, profesional y eficaz.

¿Quién manda de verdad en los medios? ¿Los editores? ¿Los profesionales? ¿Los anunciantes?

Hay un mando difuso, mandan demasiado poco los directores y eso es un problema. Los periodistas andan en desbandada y los editores son confusos, mandan a empellones, de forma poco explícita. No creo que los anunciantes hoy sean un poder relevante en los medios, es más bien una de esas leyendas urbanas aceptada por la mayoría sin someterla a demostración y crítica. Pero insisto, desgraciadamente los profesionales, los periodistas, mandan poco. Más aun, los que lo hacen mal siguen como si nada. Da lo mismo bien que mal, predomina lo extravagante, los extremos o lo anodino.

Da también la sensación de que los grupos periodísticos han decidido jubilar a los "senior" para apostar por los "junior"… por cuestiones de simple nómina…

Es posible. Soy de los que piensan que el futuro es de los junior y que lo mejor vendrá con ellos. Los llamados senior llevan (llevamos) mucho tiempo en la pomada, demasiado, repetimos como la cebolla. Creo más en los jóvenes decididos que en los viejos batallitas y resabiaos. Pero no se puede perder la memoria histórica ni desdeñar la experiencia en una profesión que necesita mucho de esas referencias. Necesitamos más mestizaje de todo tipo, de edad y de sexo, de sensibilidades…

¿Cuál es el futuro de la prensa escrita?

Es una pregunta muy difícil; creo que tiene serias amenazas si no se adapta. Tendrá que segmentarse. No veo futuro a periódicos generalistas. Hay que profundizar en la relación con la red, el papel debe ser una fase más del proceso informativo y de opinión. No creo que desaparezca, más bien que puede ser muy rentable y muy influyente, pero con una transformación muy profunda.

Hay una tendencia en crecimiento a que se incorporen en los puestos de responsabilidad gentes que no son strictu sensu periodistas. ¿Qué opinión le merece este hecho?

Que es cierto a medias. Cada vez hay más periodistas titulados en las redacciones y en otros ámbitos profesionales. La titulación merece respeto. Pero no se puede pretender (además es ilegal) un modelo gremial medieval cerrado y excluyente, que nunca existió en esta profesión, ni aquí ni en ningún otro país. Las organizaciones profesionales estamos dando valor al carné, pero hay que actuar también en el prestigio de la carrera.

¿Qué opina del futuro del periodismo digital?

Que es presente más que futuro, y que modifica radicalmente la forma de hacer y entender el periodismo. Estamos en el principio del comienzo de una nueva etapa, llena de oportunidades. Sin lo digital el periodista estaría mucho peor y las libertades mucho más menguadas aún.

En ocasiones, un mismo hecho concreto, objetivo y objetivable es completamente distinto cuando se le o escucha en un medio u otro. ¿Es ello producto del creciente descredito del "oficio" periodístico?

Es evidente y quizá inevitable, ha sido casi siempre así, con más o menos profundidad. Quizá ahora hay un déficit de rigor, demasiados tópicos y prejuicios y mucha ligereza. Errores que no se pagan, que no se explican ni aclaran… La radicalización de la vida política se ha instalado también en la tribu periodística, que frecuenta demasiado a los políticos, demasiado periodista de cabecera y de confidencia. Esto necesita orearse y subir de nivel, en caso contrario se notará la asfixia y los ciudadanos nos darán a todos de lado. O cada uno se pone en su sitio y va por su acera, con mutuo respeto, o la concupiscencia de todos revueltos y en manada nos llevará a la reserva.

Por Graciano Palomo.

El Semanal Digital, 10 de julio de 2006