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Políticamente... conservador

DE JOSÉ ANTONIO A RIDRUEJO: La Falange Teórica

Desentrañar el ideario de Falange Española tiene mucho de prospección arqueológica. La visión primigenia y los mitos que la deformaron se superponen en un palimpsesto ideológico con escasas referencias textuales y en el que se ha vuelto difícil discernir el deseo de la realidad, lo que José Antonio, Hedilla y Ridruejo persiguieron de lo que realmente fue su movimiento fascista revolucionario. El historiador Manuel Penella reconstruye el ideario esencial de Falange en un ensayo que desmitifica la identificación del movimiento joseantoniano con el franquismo. "He tratado de aprehender lo que Dionisio Ridruejo llamaba Falange Teórica, Falange Hipotética o Falange Esencial, es decir, una referencia histórica evanescente, situada, si se me permite el lenguaje, entre la realidad y los sueños", comenta el autor de La Falange Teórica. De José Antonio Primo de Rivera a Dionisio Ridruejo. El libro de Penella acota el periodo de formación del ideario de Falange entre 1933, fecha del primer discurso de José Antonio, y 1942, cuando Ridruejo rompe definitivamente con Franco y su régimen e inicia su evolución a la socialdemocracia.  "Salvando a Stanley Paine, el tema del libro está muy poco estudiado. Que no sea un autor extranjero quien lo haya abordado ya es un incentivo para leerlo", dijo Tom Burns Marañón en la presentación de la obra. Según este historiador, en las páginas La Falange Teórica se da cuenta del "virus totalitario que ha infectado a la derecha española durante décadas", alejándola del liberalismo característico de la europea, pero también del "sarampión socialista" de varias generaciones de políticos y pensadores de izquierdas, más influidos por el ideario joseantoniano de lo que se ha contado en los estudios de referencia sobre la época. "La culpa está aquí, en lo que cuenta este libro", afirmó Burns. La dificultad de reconstruir el cuerpo doctrinal del falangismo y de tasar su influencia en la política nacional radica, según Penella, en que, "a diferencia del comunismo, el falangismo no cuenta" con un ideario suficientemente elaborado. José Antonio "apenas dejó unos cuentos discursos, artículos, conferencias y cartas". Además, "en el fascismo y en el falangismo contaron menos las palabras que la acción".  La Falange Teórica describe "la acción falangista" durante los años de mayor fuerza e influencia directa de este movimiento. El sistema de ideas se reconstruye a partir del análisis de sus iniciativas, para "poner en evidencia la disparidad entre" el ideal y los resultados prácticos de la causa emprendida por los "falangistas esencialistas". Penella sigue con rigor el rastro de José Antonio, de Manuel Hedilla y de Dionisio Ridruejo; a éste le considera el más expresivo y coherente sucesor de aquellos. En 1942, recordó Penella en la presentación, Ridruejo "rompió formalmente con el franquismo por un motivo sencillo, duro de admitir para los falangistas teóricos: el dictador no tenía el menor propósito de hacer realidad la revolución nacionalsindicalista". Después de 1942, "los defensores de la Falange Teórica se saben condenados al fracaso, y sólo cabe rescatar, de tanto en tanto, algún rescoldo del viejo sueño". "Ridruejo me descubrió la necesidad de recurrir a la Falange Teórica para explicar no ya aspectos de su juventud, sino hechos relevantes para la España del siglo XX", anota Penella en el libro.  El origen remoto y psicológico del movimiento lo sitúa el autor en el viaje iniciativo que Primo de Rivera realiza junto a su padre, el dictador Miguel Primo de Rivera, a Roma en 1923, poco después del golpe de estado que llevó a éste al poder, con la anuencia del Alfonso XIII. "En la Italia de las camisas negras, el joven José Antonio queda deslumbrado por la retórica obrera del Duce y su impulso modernizador, pero, sobre todo, por su puesta en escena", sostiene Penella. El libro dibuja a un José Antonio más inspirado que teórico. No era un intelectual, sino un hombre de acción. En José Antonio, al decir de Penella, "la adscripción emocional al fascismo precedió a las consideraciones de orden intelectual". "La influencia de los pioneros del fascismo español, Ernesto Giménez Caballero, Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo fue, aunque relevante, menos comprometedora para el líder falangista. De hecho, como creador de la Falange Teórica, José Antonio Primo de Rivera se encontró cada vez más solo". Según Penella, los hombres de su "corte literaria" (Rafael Sánchez Mazas, Eugenio Montes o Agustín de Foxá) "no pasaron de ser unos conservadores maurrasianos". Por último, repararemos en lo que Penella comenta acerca del supuesto liberalismo de José Antonio. Comenta esto: "Lo único seguro es que José Antonio no era un liberal, en ningún sentido. Algún día Ledesma lo consideraría, más que un líder fascista, un político liberal, pero esta apreciación no debería llamarnos a engaño en ningún momento. En todo caso, era justo lo contrario. No sólo atacó al liberalismo, sino también al capitalismo. Y este fue, desde el principio, uno de los rasgos característicos de la Falange Teórica".  Y esto: "José Antonio proponía una sociedad jerárquica, no una sociedad igualitaria, repugnante para él tanto en la versión liberal como en la comunista". Por Víctor Gago Manuel Penella: La Falange Teórica. De José Antonio Primo de Rivera a Dionisio Ridruejo. Planeta, 2006; 465 páginas.  Libertad Digital, suplemento Libros, 9 de junio de 2006 

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