Blogia
Políticamente... conservador

Una política conservadora para salvar África

 Cómo la política conservadora puede ayudar al desarrollo del continente Africano

 

Si atendemos a la información que nos suministran los medios europeos, la política exterior de los conservadores norteamericanos se limita al apoyo incondicional a Israel y al dominio de las zonas productoras de materias primas. En esta clave interpretativa, la intervención en Irak tuvo como único móvil el asegurar las reservas de petróleo, aparte de conseguir sustanciosos contratos para empresas vinculadas a dirigentes del Partido Republicano. Tras el impacto psicológico derivado del 11-S, a estas líneas de acción exterior se sumarían las dirigidas a garantizar la supremacía militar norteamericana, por ejemplo impidiendo el desarrollo por parte de Irán de armas nucleares. Si preguntamos a cualquier español de a pie cuál es la política de los conservadores americanos respecto de África, las respuestas variarán desde “proyectos neocolonialistas para controlar el continente” a “ninguna, prefieren dejarles como están”. Sin embargo, los hechos desmienten estos prejuicios.

The Heritage Foundation, el principal think tank conservador dedicado a elaborar y proponer políticas públicas, ha elaborado una serie de recomendaciones sobre cuál debería ser la política exterior de la administración Bush en relación con este continente. Así, por ejemplo, Nile Gardiner, en su informe “A new vision for Africa”, señaló como una prioridad la cooperación antiterrorista, la ayuda activa a los países africanos en la lucha contra la corrupción, el aumento de la ayuda al desarrollo y llevar a cabo una protección activa de los derechos humanos incluyendo, cuando fuera necesaria, la intervención militar para evitar genocidios (debe tenerse en cuenta que las masacres en Ruanda fueron consentidas por la ONU, cuyas “fuerzas de paz” no hicieron nada por evitarlas). Desde este importante informe, que data del año 2003, The Heritage Foundation ha elaborado un amplio catálogo de propuestas dirigidas a aumentar y mejorar la ayuda al continente africano. Estas propuestas destacan porque consideran a los africanos como iguales; por tanto, les recomiendan los mismos principios (no las mismas concreciones, evidentemente) que han hecho posible el desarrollo de Estados Unidos. En este sentido debe entenderse el informe “Ten things that Africa can do for itself”, en el que abordan la cuestión de las reformas que necesitan los países africanos para que la ayuda internacional sea eficaz.

Estas propuestas no han caído en saco roto, y van siendo adoptadas por los políticos conservadores. A modo de ejemplo podemos señalar cómo el senador San Brownback las ha hecho, en gran medida, suyas. Brownback es especialmente significativo, pues es uno de los políticos más representativos del mundo conservador. En primer lugar porque es senador por Kansas, quizá el Estado más conservador de la Unión. En segundo lugar, porque pocos políticos como Brownback están tan identificados con la base conservadora, hasta el punto de que en su web institucional dedica apartados a explicar su compromiso político en cuestiones culturales (defensa del matrimonio, control de la violencia en los medios, etc.) o en la “cultura de la vida”. Finalmente, porque en junio pasado el prestigioso semanario “The Weekly Stándard” lo incluyó en la lista de posibles candidatos republicanos a la presidencia en 2008.

El senador Brownback realizó en el último trimestre del año pasado un viaje a varios países africanos, con objeto de conocer los problemas sobre el terreno. A su regreso, ha presentado un Informe que lleva por título “Esperanza para los olvidados de África” (Hope for Africa’s forgotten), en el cual concreta las políticas de ayuda que debe realizar EE.UU. en relación con la República Democrática del Congo, Ruanda y Kenia.

Ayuda al desarrollo, consolidación de instituciones políticas que garanticen el imperio del Derecho, defensa de la libertad de mercado, lucha contra la corrupción, ayuda para garantizar el acceso de todos a la educación...

Sí, los conservadores confían en sus principios. Por eso se los ofrecen a los africanos. Viendo el declive de Europa y la pujanza norteamericana, puede que no anden desencaminados, y sea de lo mejor que pueden darles.



Publicado en American Review por Pablo Nuevo López
American Review, 04-05-2006

0 comentarios