Blogia
Políticamente... conservador

El bienestar autogestionado, un disparate muy serio de Murray

El próximo número de la revista italiana Atlantide contiene una intervención que suena a provocación en la Italia actual. El autor es Charles Murray, célebre politólogo del American Enterprise Institute. Parte de una premisa de la que podemos estar seguros: el Estado asistencia, tal como lo conocemos, no puede sobrevivir.

Ningún experto mantiene que el gasto federal para la seguridad social y la asistencia sanitaria pública pueda crecer del actual nueve por ciento del PIB al 28 previsto para el 2050. La propuesta de Murray es sencilla: en vez de pagar los impuestos a Washington, aumentando la burocracia y convirtiendo el resultado en una mezcla confusa de servicios y subsidios vinculados a limitaciones y exclusiones, ¿por qué no unificar los impuestos, dividirlos y restituirlos bajo la forma de donaciones para todos los americanos mayores de edad? Esta subvención eliminaría la pobreza, garantizaría una pensión cómoda y haría accesible para todos la asistencia sanitaria.

El ?Proyecto Murria?, por darle un nombre, permitiría asegurar una contribución anual de diez mil dólares (de los cuales tres mil deben ir destinados a la asistencia sanitaria) para todos los ciudadanos americanos, excepto los reclusos, mayores de 21 años. En el año 2020, el proyecto costaría cerca de 500 millones de dólares menos cada año respecto al sistema actual. En 2028, la diferencia supondría un ahorro de hasta un trillón de dólares.

Este proyecto devolvería a la vida la existencia de los ciudadanos de muchas maneras, sobre todo a través de sus efectos en las instituciones fundamentales de la familia y de la comunidad. Las estrategias que no sean accesibles para un individuo lo pueden ser para la pareja, o para una familia numerosa, o para media docena de amigos que comparten recursos, o para un grupo de vecinos.

Daría a cada uno la responsabilidad de ocuparse de sus propias necesidades, que durante décadas han sido sostenidas por las manos del Estado asistencial (lo que ha tenido como consecuencia la pérdida de vitalidad de algunas de las más importantes fuentes de satisfacción de nuestra vida). La solución podría consistir en no delegar en el Estado la elección de algunos servicios, asumiendo la propia responsabilidad, como individuos, como familia, como comunidad. ¿Una provocación? ¿Una utopía? ¿Sería mejor o peor si cada persona o comunidad se autogestionara su propio bienestar? Antes de mirar hacia otro lado, al menos hablemos de ello.


Por Giorgio
Vittadini (presidente de la Fundación para la Subsidiariedad, Italia).

 

Páginas Digital, 13 de julio de 2006

0 comentarios