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Políticamente... conservador

Aznar da la razón a Jiménez Losantos, y lo hace en italiano

Aznar da la razón a Jiménez Losantos, y lo hace en italiano

 

Si ustedes quieren ver algo realmente interesante y escuchar algo que la derecha española en su conjunto compartirá, miren lo nunca visto: una entrevista a José María Aznar ¡hablando en italiano! (y los hemos oído peores) y dando la razón a quienes, desde distintas ideas y en muy distintos modos, creemos que Europa necesita una derecha sin complejos. Por si se les hace duro al oído, sus declaraciones han sido puestas por escrito.

 

Dos hombres de derechas, ¿y qué pasa?

 

Aznar ha viajado a Roma a presentar la traducción de su libro Ocho años de gobierno, acompañado por el presidente de Alleanza Nazionale Gianfranco Fini. El ex presidente ya respaldó en mayo junto al político italiano el nacimiento de la Fundación Fare Futuro, un think tank ahora ligado FAES, del partido de la derecha nacional italiana. Como informó Elsemanaldigital.com, FAES y Fare Futuro patrocinan además un nuevo encuentro mundial de disidentes.

 

Gianfranco Fini no es de centro, la verdad. Del centro de Bolonia, como mucho. AN nació del MSI postfascista tras el congreso de Fiuggi y es el principal partido de derecha de la coalición de centroderecha que sostuvo en el poder a Silvio Berlusconi y que ahora mismo las encuestas dan como vencedora en unas elecciones que Romano Prodi se resiste a convocar. Es de derecha, y lidera un partido que, con su entramado social y su historia, es heredero de toda la derecha italiana de los últimos dos siglos; un partido con problemas como todos los partidos, pero un partido sin complejos para ir a los ciudadanos diciendo qué es y qué quiere. Un partido de Gobierno, además, porque Fini ha sido vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores con Berlusconi durante bastantes años. Así que no hace falta ser de centro para ganar elecciones y gobernar.

 

La Derecha también existe

 

La línea de AN, con el respaldo de Aznar, viene a coincidir con el diagnóstico de ayer mismo de Federico Jiménez Losantos en El Mundo al afirmar que "el centrismo en el poder es sólo eso: el disfrute del poder, con ínfulas de eternidad. El centrismo en la oposición es otra cosa: desde Alzaga a Gallardón siempre ha sido una forma de deslegitimar a la derecha en su conjunto para garantizarse un trato amable por parte de la izquierda, a la que objetiva y, a veces, subjetivamente sirve". ¿Duro? Eso no es nada: para el locutor "lo que caracteriza al centrismo, digamos, profesional, es su carácter excluyente, su modo de hacer política en función de la captación de votos, pero a costa de despreciar a la inmensa mayoría social de la derecha, a cuya sombra electoral procura vivir. El político de derechas se dice de centro por costumbre y rentabilidad. Pero el centro nunca se define contra la izquierda sino contra la derecha. Es el auto-odio conservador, un viático para un suicidio".

 

Del dicho al hecho: un trecho, no un abismo

 

Veamos. Si Aznar lo dice, Fini lo hace y Losantos lo cree, ¿por qué en España triunfa la autocensura centroide fracasada en Italia? Bueno, claro, allí el centro (democristiano, cómo no) mostró durante cuarenta años su rostro más corrupto, y durante el mismo tiempo la Derecha aguantó el tirón en su nicho social. A partir de 1994 la sociedad se abrió y encontró que allí había todo un movimiento popular con mucho que ofrecer a la nación. Hace unos años, la verdad, habríamos envidiado solamente la capacidad de organización y de movilización social de esta gente; hoy no existe ni siquiera ese diferencia, porque también en España la derecha social lleva cuatro años en la calle. Si Rajoy llega al poder será gracias a esas ideas y a esa gente, no a lomos de un centro al que sabemos cojo, tuerto y machorro. Válido como animal de compañía en una coalición o u partido, pero incapaz de tirar del carro.

 

"El papel de la derecha es indispensable, son necesarios nuestros valores y nuestros puntos programáticos: ningún Centro ´moderado´ es capaz por sí solo de dar respuestas adecuadas a la radicalidad de los problemas a los que nos enfrentamos". Y sin dudas, "es evidente que cualquier idea de fusión entre la Derecha y el Centro debe ser absolutamente rechazada". En cambio, "una Derecha más fuerte y más abierta, sin complejos de inferioridad, un centroderecha más rico en interlocutores y en aliados, un gran relanzamiento de temas programáticos fuertes y concretos, tales deben ser nuestros objetivos". Lo dice el ex ministro de Agricultura y dirigente de AN, Gianni Alemanno, pero sin duda podría suscribirlo en estas fechas electorales gran parte de la derecha democrática española. Que escucha a Aznar.

 

Pascual Tamburri

El Semanal Digital, 12 de diciembre de 2007

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