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Políticamente... conservador

¿Qué fue de la nueva derecha?

Esparza, José Javier, et al: ¿Qué fue de la nueva derecha?, revista núms. 16-17, Madrid 1998, págs. 547a 874.
La revista "Hespérides" dedica un doble número monográfico a analizar los avatares intelectuales de la denominada Nueva Derecha, un movimiento encabezado por el pensador francés Alain de Benoist hace más de un cuarto de siglo y que ha echado raíces en otros países. Varios de los libros de Benoist han sido traducidos al español, empezando por uno de los primeros y de mayor eco internacional, Vu de droite.

La Nueva Derecha cometió el imperdonable "crimen" de enfrentarse con el abanico de tópicos que, al abrigo del marxismo, constituyeron durante décadas un "pensamiento único" y que, últimamente, se ha ido reciclando de liberalismo para revestir la mascarilla de lo "políticamente correcto". Ese supuesto delito levantó acres hostilidades y el coro de los denuestos. Entre estos últimos, el más repetido era el de "fascista". Tales descalificaciones no se apoyaban sobre citas textuales, sino sobre procesos de intención, desinformaciones y caricaturas.

La verdad es que la denominada nueva derecha no era ni es una derecha política en la acepción periodística del vocablo. Al contrario, en muchos puntos discurría paralela a los izquierdismos, pero siempre sin ortodoxias ni sumisión a consignas. Uno de los puntos más polémicos de la nueva derecha fue una cierta hostilidad nietszcheana hacia el cristianismo y, sobre todo, un neopaganismo de perfiles fluidos. También una hostilidad, a veces radical, contra el estilo norteamericano de vida y la pretensión estadounidense de actuar como gendarme de la civilización occidental. En realidad, resulta muy difícil caracterizar a esta corriente de opinión como derechista en las acepciones dominantes de un térrmino tan relativo y equívoco.

Lo verdaderamente característico de la Nueva Derecha es su independencia frente a lo que en cada momento los medios tratan de imponer como el consenso sobre lo políticamente correcto. y éste es el mayor atractivo de unos escritores que rara vez caen en los tópicos democratizantes o socialistizantes y en las modas intelectuales del momento como lo fueron el existencialismo, el personalismo, el estructuralismo, y, ahora, el llamado postmodernismo. Otro mérito de los neoderechistas es haber extraído consecuencias filosóficas y sociales de las ciencias modernas desde la filología hasta la genética.

En este doble volumen colabora una veintena de autores, la mitad extranjeros, como el propio Benoist, Sokal, el debelador del postmodernismo, y el neoconservador alemán M. Wiesberg. Entre los trabajos españoles destacan los del director de la publicación José Javier Esparza, y los de J. Alsona, y M. Soria.

El editorial es una inteligente respuesta a la campaña que algunos mediocres del oportunismo han desencadenado contra quienes se atreven a separarse de los eclécticos carriles del subvencionado consenso coyuntural.


J.L. Núñez

 

Razón Española, Nº 91, 1998 

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