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Políticamente... conservador

Sesión arriesgada en el Circo de Chaves

Chaves sigue vendiendo entradas para el circo, pero la última sesión del espectáculo es de alto riesgo.
Andalucía, junto con Extremadura, tiene la renta per cápita más baja de España. Una estructura productiva atrasada en la que el sector primario todavía representa más del ocho por ciento. Su industria es de las menos modernas de España y está orientada a sectores de poco valor. La tasa de paro era cercana al 14 por ciento al acabar 2005. Uno de cada cuatro desempleados españoles es andaluz. El empleo entre el 99 y el 2003 se creo, sobre todo, en la construcción: hay poco dinamismo fuera del ladrillo. La cualificación de los trabajadores está por debajo de la media española. A una empresa en Andalucía su plantilla le sale más cara que en el resto de España: los salarios que se pagan son más bajos pero la productividad que se obtiene es menor. En esta Comunidad Autónoma el número de empresas y de trabajadores dedicados a las nuevas tecnologías es la mitad que en el conjunto del país.
En este contexto, la Junta de Andalucía ha practicado una política muy asistencial. Más del 56 por ciento del gasto público en los últimos cinco años ha estado destinado a la producción de bienes de carácter social. A pesar del creciente endeudamiento público no se han puesto en marcha políticas que favorezcan la capacidad competitiva. La dotación de infraestructuras, por ejemplo, sigue por debajo de la media nacional.
El “pan asistencial” de Chaves, que es hambre para mañana, está acompañado de un fuerte adormecimiento de la sociedad civil. Un estudio elaborado por el Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la propia Consejería de Presidencia, que se publicó en 2005 con el título Desde la esquina de Europa , concluye que “los andaluces hacen un uso menor de los medios de comunicación que los europeos, limitando su exposición casi exclusivamente a la televisión; además muestran escaso seguimiento y atención hacia la información política en cualquier medio” (pág 15). Sólo dos de cada diez andaluces, según el estudio, lee prensa diaria. Y “además -añade el informe- el perfil sociológico de los que leen más prensa se caracteriza por ser el de personas mayores jubiladas con pocas posibilidades de participación en las organizaciones comunitarias más activas” (pág 15). En esta Andalucía retrasada y asistencialista, además, se ha producido un importante deterioro de la convivencia. La confianza interpersonal está bajo mínimos, lo que hace peligrar considerablemente la prosperidad futura. “Los andaluces confían menos que los españoles, tienden más a pensar que la gente intenta aprovecharse de los demás, y menos a pensar que la gente trata de ayudar a los demás” (pág 16).
Como hay poca faena por hacer, Chaves rompe el acuerdo con el PP para la reforma del Estatuto de Andalucía y la declara “realidad nacional”. Lo hace a pesar de que el 63 por ciento de sus gobernados cree que el mejor modo de definir a la región es con la tradicional expresión de Comunidad Autónoma. Seguramente quiere montar un espectáculo como el de Maragall: debate artificial inducido desde el poder sobre la identidad nacional para distraer de lo verdaderamente importante. Debería ser más prudente porque podría despertar a muchos que ha tenido dormidos con el pan y el circo.
Fernando de Haro

 

Páginas Digital, 19 de abril de 2006

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