El New York Times y su información sesgada
La batalla en torno al evolucionismo es la oportunidad para la prensa liberal norteamericana de manipular sin recato y perder todo residuo del prestigio que aún conservaba.
Dicen que el prestigio de un periódico dura hasta que trata de algún tema que uno conoce a fondo; entonces uno se da cuenta de cómo distorsiona y desinforma e, ineluctablemente, se cuestiona la veracidad del resto de la información que hasta entonces había dado como buena. Casi todo el mundo ha experimentado este fenómeno, pero quienes leen el New York Times tienen la posibilidad de vivirlo cada día.
Richard John Neuhaus explica en su blog en www.firstthings.com una de las últimas del NYT, punta de lanza del periodismo liberal más sectario de Estados Unidos. Se trata de una noticia publicada bajo el titular “En las iglesias de todo el país, palabras a favor de la evolución”. Como es lógico, Neuhaus comenta su sorpresa; una persona como él, editor de una de las revistas de referencia dentro del ámbito católico, impulsor de la colaboración entre católicos y evangélicos, confiesa no haberse enterado del vasto movimiento a favor del evolucionismo que estaba sacudiendo las comunidades religiosas norteamericanas según el New Yok Times.
Pero es que el enunciado con el que abríamos estas líneas se estaba poniendo en práctica. Resulta que si seguimos leyendo nos enteramos de que “En la iglesia episcopaliana de Dunstan, un pequeño edificio contemporáneo en medio de las casas más caras del norte de Atlanta, la reverenda Patricia Templeton explicó a los 85 fieles que se habían reunido allí que «una fe que te pide que cierres tu mente para creer no merece ese nombre»”. Y sigue el artículo: “En la planta baja de un edificio de apartamentos en Evanston, Illinois, el reverendo Mitchell Brown se dirigió a las 21 personas que habían acudido al servicio de la Iglesia Menonita de Evanston para decirles que las teorías de Darwin habían obligado a la gente a tener fe en vez de buscar efectos especiales para confirmar la existencia de Dios”. Y aunque alguien se resista a creerlo (lo entiendo, pero ahí están las hemerotecas para confirmarlo), eso es todo.
El resto del artículo se limita a recoger testimonios de personas que acudieron a uno de los dos servicios y que manifiestan su acuerdo con las palabras de sus reverendos. Una pequeña iglesia episcopaliana de Atlanta y una aún más pequeña comunidad menonita que se reúne en unos bajos de Evanston son para el New York Times la gran marea evolucionista que está sacudiendo los pilares del cristianismo norteamericana. Todo un ejemplo de objetividad, rigor y sentido de la proporción.
Así es la prensa liberal y de este modo va perdiendo la poca credibilidad que le quedaba. Leyendo los comentarios de Neuhaus respecto del New York Times uno no puede dejar de recordar esas sublimes muestras de periodismo riguroso con que de vez en cuando nos deleita El País cuando se trata de informar acerca de las “multitudinarias” asambleas de la asociación de teólogos Juan XXIII. Hay cosas en las que el Atlántico no es barrera.
Jorge Soley Climent
American Review
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