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Políticamente... conservador

Fernando González-Urbaneja: "El mundo de los medios está atormentado"

El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid tiene una visión del mundo mediático que aprecia tanto vicios presentes como esperanzas futuras: entre ellas, el periodismo digital.

10 de julio de 2006.  El burgalés Fernando González-Urbaneja, actual presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, es -en lenguaje mediático anglosajón- un "señor" por antonomasia. Y de éstos quedan pocos; al menos, no se ven.

Persona de prestigio entre sus compañeros, en este cainita oficio de escribidores y opinadores –lo cual es como que los aztecas adoraran a Pizarro-, González-Urbaneja tiene una cierta idea de la profesión periodística como Charles De Gaulle intuía lo que podía ser Francia.

Los lectores saben que es más difícil que el que suscribe dé jabón a un entrevistado, que Pepiño Blanco decida avalar la ficha de Ángel Acebes en el PSOE. Pero en honor a la verdad creo que se trata de una de las mejores entrevistas (por el entrevistado) que esta Sociedad Civil ha publicado nunca.

Porque, entre otras cosas, si uno sigue la obra de Fernando González-Urbaneja, justamente lo que hay debajo es eso, sociedad civil.

¿Cómo definiría el panorama actual de los medios en España?

Atormentado; en vísperas de cambios profundos. Tampoco es nuevo, con más o menos intensidad así ha sido siempre.

¿Se da una situación mimética entre poder político y medios?

Hay alineamientos más acusados que en otras épocas; sobre todo atribuidos por unos a los otros como argumento crítico y de descalificación. Tampoco esto es nuevo. Quizá lo novedoso es la pérdida de credibilidad generalizada de los medios. La reputación de políticos y periodistas va a la baja, unos peor que otros por razones obvias, pero en ambos casos a la baja.

Hay quien dice que nunca desde el inicio de la Transición los profesionales de la información han estado más mediatizados.

No es un fenómeno español. Al creciente poder de los medios desde otros ámbitos se ha producido un interés por los mismos, se han afinado los sistemas para influir, las fuentes (todas las fuentes) son cada vez más arrogantes, más hábiles, más "intrusistas" en los medios. Y los periodistas están más inermes. Incluso el pacto con los editores, nuestros aliados naturales, se ha debilitado y éstos andan más pendientes de quien les otorgue licencias y contratos que de quien les haga un medio sólido, profesional y eficaz.

¿Quién manda de verdad en los medios? ¿Los editores? ¿Los profesionales? ¿Los anunciantes?

Hay un mando difuso, mandan demasiado poco los directores y eso es un problema. Los periodistas andan en desbandada y los editores son confusos, mandan a empellones, de forma poco explícita. No creo que los anunciantes hoy sean un poder relevante en los medios, es más bien una de esas leyendas urbanas aceptada por la mayoría sin someterla a demostración y crítica. Pero insisto, desgraciadamente los profesionales, los periodistas, mandan poco. Más aun, los que lo hacen mal siguen como si nada. Da lo mismo bien que mal, predomina lo extravagante, los extremos o lo anodino.

Da también la sensación de que los grupos periodísticos han decidido jubilar a los "senior" para apostar por los "junior"… por cuestiones de simple nómina…

Es posible. Soy de los que piensan que el futuro es de los junior y que lo mejor vendrá con ellos. Los llamados senior llevan (llevamos) mucho tiempo en la pomada, demasiado, repetimos como la cebolla. Creo más en los jóvenes decididos que en los viejos batallitas y resabiaos. Pero no se puede perder la memoria histórica ni desdeñar la experiencia en una profesión que necesita mucho de esas referencias. Necesitamos más mestizaje de todo tipo, de edad y de sexo, de sensibilidades…

¿Cuál es el futuro de la prensa escrita?

Es una pregunta muy difícil; creo que tiene serias amenazas si no se adapta. Tendrá que segmentarse. No veo futuro a periódicos generalistas. Hay que profundizar en la relación con la red, el papel debe ser una fase más del proceso informativo y de opinión. No creo que desaparezca, más bien que puede ser muy rentable y muy influyente, pero con una transformación muy profunda.

Hay una tendencia en crecimiento a que se incorporen en los puestos de responsabilidad gentes que no son strictu sensu periodistas. ¿Qué opinión le merece este hecho?

Que es cierto a medias. Cada vez hay más periodistas titulados en las redacciones y en otros ámbitos profesionales. La titulación merece respeto. Pero no se puede pretender (además es ilegal) un modelo gremial medieval cerrado y excluyente, que nunca existió en esta profesión, ni aquí ni en ningún otro país. Las organizaciones profesionales estamos dando valor al carné, pero hay que actuar también en el prestigio de la carrera.

¿Qué opina del futuro del periodismo digital?

Que es presente más que futuro, y que modifica radicalmente la forma de hacer y entender el periodismo. Estamos en el principio del comienzo de una nueva etapa, llena de oportunidades. Sin lo digital el periodista estaría mucho peor y las libertades mucho más menguadas aún.

En ocasiones, un mismo hecho concreto, objetivo y objetivable es completamente distinto cuando se le o escucha en un medio u otro. ¿Es ello producto del creciente descredito del "oficio" periodístico?

Es evidente y quizá inevitable, ha sido casi siempre así, con más o menos profundidad. Quizá ahora hay un déficit de rigor, demasiados tópicos y prejuicios y mucha ligereza. Errores que no se pagan, que no se explican ni aclaran… La radicalización de la vida política se ha instalado también en la tribu periodística, que frecuenta demasiado a los políticos, demasiado periodista de cabecera y de confidencia. Esto necesita orearse y subir de nivel, en caso contrario se notará la asfixia y los ciudadanos nos darán a todos de lado. O cada uno se pone en su sitio y va por su acera, con mutuo respeto, o la concupiscencia de todos revueltos y en manada nos llevará a la reserva.

Por Graciano Palomo.

El Semanal Digital, 10 de julio de 2006

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