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LA OTRA TRAGEDIA DEL LÍBANO

LA OTRA TRAGEDIA DEL LÍBANO Ni una sola voz se alzó desde la izquierda cuando el Líbano se convirtió en un títere de Siria tras una cruenta guerra civil en la que miles de cristianos fueron masacrados, expulsados de sus hogares u obligados a abandonar el país. Cuando las voces críticas contra la actuación de Israel arrecian desde esa izquierda y las televisiones nos llenan las retinas de imágenes de niños sufriendo la crueldad de los bombardeos judíos, provocando la lógica indignación popular, convendría recordar que los palestinos no siempre han sido las victimas indefensas de Sabra y Shatila, tal y como se nos quiere hacer creer desde los medios izquierdistas.


La presencia de la OLP de Arafat en el Líbano, tras su traicionero intento de derrocar la monarquía hachemita que había acogido generosamente a los fedayines palestinos, introdujo en el país un factor de desestabilización que llevó a una nación en la que convivían en un complejo equilibrio, cristianos maronitas, junto a musulmanes drusos, sunnitas y chiítas a una larga guerra civil que se saldó con la implantación de un régimen dictatorial controlado por Hafed al Assad y un coste en vidas humanas superior a los 55.000 muertos.

Los palestinos y los sirios atacaron con saña a los cristianos

Entre 1974 y 2000 se suceden ataques lanzados por milicias prosirias y palestinas contra enclaves cristianos, bastante más graves que los hoy protagonizados por Israel, sin que la izquierda española realizase la más mínima condena o simplemente prestase atención alguna a la tragedia.

Localidades como Beit Mellat, Kab Elias, Damour y Jieh, fueron asoladas en una campaña de limpieza étnica en el valle de Bekaa en la que causaron más de 300 muertos. Las iglesias de Damour fueron profanadas y las bandas palestinas cortaron los dedos de niños cristianos para asegurarse de que no pudieran disparar armas.

La intervención siria en 1976 causó más de 500 victimas morales entre los civiles cristianos a consecuencia de los bombardeos que de manera análoga a los hoy realizados por Israel, Siria empleó para imponer su presencia en el Líbano.

Los enfrentamientos entre las tropas sirias y palestinas con las milicias cristianas, representadas por las Falanges Libanesas, alcanzaron su punto álgido a partir de 1978. Emir Bechir Hoche Barada Aintours Checa, y Moiin Hatoum, fueron algunas de las aldeas donde se masacró sin piedad a sus habitantes cristianos, más de 1.000 civiles murieron. Sólo en Deir Dourit, devastada por completo, murieron 263 personas. La milicia privada de Rifaat Assad, hermano del presidente sirio, sitió las zonas que permanecían libres en los suburbios de Beirut y las hizo bombardear durante cinco días y cinco noches, con cañones y morteros, con un saldo de más de sesenta civiles muertos y trescientos heridos. En 1981 los bombardeos de los barrios cristianos de Beirut del Este lanzados por la OLP causaron 2.000 victimas civiles. En septiembre de 1983 más de cien aldeas en la región de Chouf fueron limpiadas étnicamente de cristianos por tropas drusas. En 1990 el general cristiano Michel Aun fue expulsado del poder por las tropas sirias, más de 700 cristianos fueron asesinados en las represalias subsiguientes.

Ni una sola muestra de solidaridad por parte de la izquierda española, que ya ha asignado el papel de victimas y verdugos a su sectaria conveniencia. .

Minuto Digital, 27 de julio de 2006

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