Hallan en el yacimiento de Veleia (Álava) la representación más antigua del Calvario (s.III)
Cristo crucificado y los ladrones a sus lados, en una cerámica muy anterior a la legalización del cristianismo Los testigos de Jehová dicen que Jesús no murió en una cruz sino en un palo vertical. Otros grupos dicen que Jesús simplemente no murió. O que no existió. Y El Código Da Vinci dice que todo es un invento de Constantino en el año 325. Pero la arqueología es tozuda: han hallado en unas cerámicas del yacimiento romano de Veleia (Álava) una representación de Jesús en la cruz junto a los dos ladrones. A sus pies, dos figuras, posiblemente la Virgen y San Juan. Según la prueba del carbono 14 pertenece al siglo III. En aquella época aún se crucificaba gente y los cristianos casi nunca representaban la cruz, que era una forma horrible e ignominiosa de morir. Se aludía a ella con símbolos como el arado, el mástil con la vela, el ancla... Poco después de despenalizar el cristianismo, Constantino prohibiría las ejecuciones por crucifixión en el Imperio, una de sus mejores aportaciones a la humanidad. Lo que se han encontrado son dibujos y textos grabados sobre cerámicas que se usaban para educar a niños de buena familia. En una época sin papel y siendo carísimo el papiro y el pergamino, escribir sobre cerámicas (restos de tinajas rotas, por ejemplo) era muy común. Se trata de una pieza de diez centímetros cuadrados. En la parte superior de la cruz de la cerámica alavesa aparece escrito RIP (requiescat in pacem-descanse en paz), un epitafio que comenzó a utilizarse justo en esa época. La datación viene por carbono 14, por acelerador de partículas y otra serie de sofisticados análisis de laboratorio al que investigadores vascos, holandeses y franceses han sometido a la cerámica. El director de las excavaciones de Iruña-Veleia, Eliseo Gil, no duda. "Cuando lo descubrimos, nos quedamos anonadados", admitió el arqueólogo en una atestada presentación de prensa.
Con la pieza había textos del tipo "pater nostrum". Son la prueba de que el cristianismo se extendió pronto por zonas del Imperio incluso lejos de las ciudades costeras, y que se se habían asentado en el País Vasco dos siglos antes de lo que se pensaba. "Son testimonios importantes de una época convulsa, cuando el mundo pagano llegaba a su fin, pero al mismo tiempo se ordenaban las últimas grandes persecuciones contra el cristianismo, que un siglo después fue declarado religión oficial del Imperio Romano", agregó.
En total hay un conjunto epigráfico de 270 grafitis sobre restos de cerámicas y huesos. Esta colección es la que realmente convierte a Veleia-Iruña en una ciudad romana capaz de codearse con las catacumbas romanas, Pompeya (Italia) y Vindolanda (Reino Unido). Pero sólo algunas tratan de temas religiosos; las hay también de cultura general (lecciones sobre el poema virgiliano de La Eneida, por ejemplo) o sobre aspectos de la vida cotidiana. Eran pedazos de loza utilizados como «tablillas de apuntes» por niños y adultos de una familia influyente de la época. Hablan de sus costumbres y de sus métodos de aprendizaje. Incluso hay declaraciones de amor. La variedad de temas cotidianos hacen los restos «únicos en el mundo romano».
El equipo de 16 expertos que dirigen Eliseo Gil e Idoia Filloy se topó con la ostraka -fragmentos de cerámica- en julio de 2005, cuando ampliaban la excavación de la casa Domus Pompeia Valentina. Junto a uno de los patios hallaron una habitación de 57 metros cuadrados sellada por el derrumbe del techo de un piso superior y, por tanto, intacta. Lo que al principio pensaron que era «basura doméstica» pronto se reveló como algo sorprendente. Al parecer, los alumnos de la casa tenían un maestro de cultura grecolatina pero de origen egipcio, interesado en la historia antigua egipcia y en sus antiguas divinidades y la escritura jeroglífica, temas de los que algo explicó a sus alumnos en una época en que ya no se escribía en estos signos. Además, con él aprendieron a hacer retratos de sus familiares, a pintar paisajes y escenas cotidianas. ¿Sería también su maestro de cristianismo?
Con la pieza había textos del tipo "pater nostrum". Son la prueba de que el cristianismo se extendió pronto por zonas del Imperio incluso lejos de las ciudades costeras, y que se se habían asentado en el País Vasco dos siglos antes de lo que se pensaba. "Son testimonios importantes de una época convulsa, cuando el mundo pagano llegaba a su fin, pero al mismo tiempo se ordenaban las últimas grandes persecuciones contra el cristianismo, que un siglo después fue declarado religión oficial del Imperio Romano", agregó.
En total hay un conjunto epigráfico de 270 grafitis sobre restos de cerámicas y huesos. Esta colección es la que realmente convierte a Veleia-Iruña en una ciudad romana capaz de codearse con las catacumbas romanas, Pompeya (Italia) y Vindolanda (Reino Unido). Pero sólo algunas tratan de temas religiosos; las hay también de cultura general (lecciones sobre el poema virgiliano de La Eneida, por ejemplo) o sobre aspectos de la vida cotidiana. Eran pedazos de loza utilizados como «tablillas de apuntes» por niños y adultos de una familia influyente de la época. Hablan de sus costumbres y de sus métodos de aprendizaje. Incluso hay declaraciones de amor. La variedad de temas cotidianos hacen los restos «únicos en el mundo romano».
El equipo de 16 expertos que dirigen Eliseo Gil e Idoia Filloy se topó con la ostraka -fragmentos de cerámica- en julio de 2005, cuando ampliaban la excavación de la casa Domus Pompeia Valentina. Junto a uno de los patios hallaron una habitación de 57 metros cuadrados sellada por el derrumbe del techo de un piso superior y, por tanto, intacta. Lo que al principio pensaron que era «basura doméstica» pronto se reveló como algo sorprendente. Al parecer, los alumnos de la casa tenían un maestro de cultura grecolatina pero de origen egipcio, interesado en la historia antigua egipcia y en sus antiguas divinidades y la escritura jeroglífica, temas de los que algo explicó a sus alumnos en una época en que ya no se escribía en estos signos. Además, con él aprendieron a hacer retratos de sus familiares, a pintar paisajes y escenas cotidianas. ¿Sería también su maestro de cristianismo?
A medida que se vayan analizando y contextualizando los restos encontrados sin duda serán muchos los hallazgos interesantes.
Forum Libertas, 9 de junio de 2006
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