La Convención popular y la convicción Republicana
Se ha celebrado la Convención del PP, bajo el lema “Hay futuro”. La prensa ha destacado el poderoso marketing popular “a la americana”. Sin embargo, visto “a la americana”, es posible que ni allí hubiera marketing ni haya futuro para el PP.
La última Convención del PP, celebrada en Madrid del 3 al 5 de marzo bajo el lema “Hay futuro”, ha sido para muchos un “americanizado” ejercicio de marketing: megapantallas, serpentinas y 10 horas de clases de telegenia impartidas en el “Aula de formación” popular. ¿Es eso marketing? El profesor Kotler recordó en 1967 que el contenido es el motor del marketing, pues asegura la compra repetida. En 1972 los publicistas Ries y Trout advirtieron de que el marketing estratégico no venía determinado por envolturas, sino por el vigor con que una idea poderosa se asociaba a una marca en la mente del consumidor. Más allá de la faramalla, ¿hubo auténtico marketing, ideas fuertes y diferentes en la Convención popular?
Los “Grupos de Debate” del PP trabajaron 14 temas. La mayoría de las propuestas (cultura del conocimiento, lucha contra la pobreza, sostenibilidad, etc.) no permiten construir una oferta estratégica poderosa. Sólo dos ideas diferenciaron al PP de su competidor socialista: el rechazo de los nacionalismos y la firmeza contra el terrorismo. Estas ideas se suponen instaladas sobre valores profundos y diferentes que provoquen la “fidelización” del consumidor. De lo contrario, el PSOE podría hacer lo mismo que con la “idea económica” del PP: copiarla. ¿Cuáles son, pues, los valores en los que el PP sustenta su propuesta estratégica? Al parecer los “valores seculares”, que deben “potenciarse para extenderlos a todos los ámbitos de la convivencia”, aceptando la “menor estabilidad de las estructuras familiares” y la “necesidad de racionalizar algunos de nuestros comportamientos más tradicionales”. Es decir: las “nuevas ideas” que anunció Rajoy se sostienen sobre valores muy parecidos a los de su rival socialista.
¿Es este el marketing “yankee”? No lo parece. El Partido Republicano (GOP) construye sus propuestas sobre valores diferenciales. “Fe y Valores” no es sólo una de las 8 “Issues” del programa republicano, sino también el único punto que merece un “equipo de trabajo” específico. El más reciente de los 8 “equipos” del GOP es el “Catholics Team”. Los valores conservadores están “en el corazón del Partido”: entre ellos la “cultura de la vida”, el “fortalecimiento de la familia” y la “santidad del matrimonio”. La solidez y la diferenciación de los valores republicanos, enunciados sin temor como “compassionate conservatism”, vigorizan el programa del partido, permiten la generación de ideas novedosas como el cheque escolar, y restan credibilidad a los intentos demócratas de copia. En definitiva: un marketing genuino que ha permitido al Partido Republicano ganar seis de las últimas nueve elecciones presidenciales.
Rajoy perdió las elecciones en 2004, después de 8 años de éxitos económicos; Gore fracasó en 2000, tras la más larga expansión económica de la historia norteamericana. El PP ha recogido sus logros durante 1996-2004 en el informe “Los indicadores del cambio”, una sucesión de números sin dirección axiológica; Bush presentó el balance de su primer mandato como el resultado de los valores profundos republicanos. Si el PP sigue creyendo que los “consumidores” no tienen ideas, sino hipotecas; si no enraíza sus propuestas en valores diferenciales; si no hace auténtico marketing “a la americana”, vanos son los envoltorios frívolos y las carcasas pragmáticas. Si la Convención “Hay futuro” es el programa del PP, entonces no hay futuro. Ni PP. Sin convicciones no valen convenciones.
Publicado en American Review por Guillermo Elizalde Monroset
American Review, 16-03-2006
Los “Grupos de Debate” del PP trabajaron 14 temas. La mayoría de las propuestas (cultura del conocimiento, lucha contra la pobreza, sostenibilidad, etc.) no permiten construir una oferta estratégica poderosa. Sólo dos ideas diferenciaron al PP de su competidor socialista: el rechazo de los nacionalismos y la firmeza contra el terrorismo. Estas ideas se suponen instaladas sobre valores profundos y diferentes que provoquen la “fidelización” del consumidor. De lo contrario, el PSOE podría hacer lo mismo que con la “idea económica” del PP: copiarla. ¿Cuáles son, pues, los valores en los que el PP sustenta su propuesta estratégica? Al parecer los “valores seculares”, que deben “potenciarse para extenderlos a todos los ámbitos de la convivencia”, aceptando la “menor estabilidad de las estructuras familiares” y la “necesidad de racionalizar algunos de nuestros comportamientos más tradicionales”. Es decir: las “nuevas ideas” que anunció Rajoy se sostienen sobre valores muy parecidos a los de su rival socialista.
¿Es este el marketing “yankee”? No lo parece. El Partido Republicano (GOP) construye sus propuestas sobre valores diferenciales. “Fe y Valores” no es sólo una de las 8 “Issues” del programa republicano, sino también el único punto que merece un “equipo de trabajo” específico. El más reciente de los 8 “equipos” del GOP es el “Catholics Team”. Los valores conservadores están “en el corazón del Partido”: entre ellos la “cultura de la vida”, el “fortalecimiento de la familia” y la “santidad del matrimonio”. La solidez y la diferenciación de los valores republicanos, enunciados sin temor como “compassionate conservatism”, vigorizan el programa del partido, permiten la generación de ideas novedosas como el cheque escolar, y restan credibilidad a los intentos demócratas de copia. En definitiva: un marketing genuino que ha permitido al Partido Republicano ganar seis de las últimas nueve elecciones presidenciales.
Rajoy perdió las elecciones en 2004, después de 8 años de éxitos económicos; Gore fracasó en 2000, tras la más larga expansión económica de la historia norteamericana. El PP ha recogido sus logros durante 1996-2004 en el informe “Los indicadores del cambio”, una sucesión de números sin dirección axiológica; Bush presentó el balance de su primer mandato como el resultado de los valores profundos republicanos. Si el PP sigue creyendo que los “consumidores” no tienen ideas, sino hipotecas; si no enraíza sus propuestas en valores diferenciales; si no hace auténtico marketing “a la americana”, vanos son los envoltorios frívolos y las carcasas pragmáticas. Si la Convención “Hay futuro” es el programa del PP, entonces no hay futuro. Ni PP. Sin convicciones no valen convenciones.
Publicado en American Review por Guillermo Elizalde Monroset
American Review, 16-03-2006
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