EL CHEQUE ESCOLAR: Por una educación libre y de calidad
En un tiempo como el actual, en que la crispación aumenta día a día por el absurdo empeño de este Gobierno de elevar a la categoría de ley reivindicaciones minoritarias de variopinto pelaje que amenazan nuestro Estado de Derecho, llama la atención la fuerza con que se está levantando buena parte de la sociedad en defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Un ejemplo de ello es la plataforma Cheque Escolar, que persigue la salvaguarda del derecho a la libertad de enseñanza, reconocido en el artículo 27 de nuestra Carta Magna.
La campaña por el cheque escolar, impulsada por la plataforma ciudadana Hazte Oír, se alza frente a las últimas iniciativas legislativas que privan a los padres de su legítima condición de primeros educadores.
El pasado mes de abril, el Congreso de los Diputados aprobó una ley educativa que atenta directamente contra el derecho de los padres a elegir libremente la educación de los hijos. Frente a ello, padres, educadores, juristas, economistas y entidades civiles, agrupados ahora en la plataforma Cheque Escolar, pretenden aportar soluciones a las graves deficiencias del actual modelo educativo.
Su objetivo: que el Estado reconozca que son los padres los que deben decidir qué hacer con el dinero que ellos mismos aportan, a través de sus impuestos, para favorecer la educación de sus hijos.
Financiación a las familias
El cheque escolar es un sistema de financiación de la educación por el cual el Estado atribuye a las familias una cantidad de dinero por cada hijo en edad escolar. De este modo el Estado cumple el mandato constitucional sobre la gratuidad de la enseñanza básica, pero en vez de financiar a los centros educativos financia a los educandos, que son los verdaderos sujetos del derecho a la educación.
La cantidad atribuida a las familias estaría en relación con el coste medio del puesto escolar. "En nuestro actual sistema educativo no hay igualdad a la hora de elegir centro educativo –sostiene el portavoz de la plataforma, Luis Zayas–. Se discrimina a los padres en función de su renta, de tal forma que únicamente los más ricos pueden elegir el centro que quieren para sus hijos.
Este falta de equidad se resolvería mediante la implantación del cheque o bono escolar". La campaña incide, precisamente, en la necesidad de que los poderes públicos erradiquen la discriminación por causas económicas.
Por la calidad, la igualdad, la libertad y la pluralidad educativas
El cheque escolar fue planteado por primera vez en 1955 por Milton Friedman, en su ensayo El papel del Gobierno en la educación, como instrumento para asegurar la calidad, la pluralidad y la accesibilidad educativas.
De implantarse en España, haría realidad el mandato constitucional de la libre elección de educación y de constitución de centros, pues, al tiempo que lucha contra las discriminaciones económicas o de estatus social, trata por igual la educación gubernamental o dirigida y la de iniciativa social o libre, fomentando una sana competencia que aumenta la calidad y una gestión más eficiente de los centros escolares, todo ello en beneficio de la sociedad española.
El intervencionismo estatal vigente en materia de educación ha generado en la práctica una situación límite de fracaso escolar, violencia en las aulas y estrés del profesorado. Además, ha acentuado injustamente las diferencias sociales, puesto que ha restringido la libertad de enseñanza de las familias trabajadoras (que no pueden permitirse pagar un colegio conforme con sus preferencias) pero no la de las familias de políticos, empresarios y profesionales de altos ingresos, que sí pueden elegir para sus hijos un colegio de calidad y conforme con sus valores y creencias.
De este modo, la falta de libertad del sistema educativo ha hecho que éste haya dejado de ser un medio de movilidad social basado en el mérito para convertirse en un instrumento que perpetúa injustamente las diferencias sociales.
Ante el fracaso del Estado como educador, el cheque escolar se presenta como una solución eficaz a estos problemas, devolviendo el protagonismo a las familias. Frente al adoctrinamiento estatal, garantiza una oferta de idearios educativos tan plural como la sociedad en que se implanta, y vacuna a los menores frente a los intentos de adoctrinamiento del Gobierno de turno. No es competencia del Estado valorar cuál debe de ser el grado de diversidad del sistema educativo. Son los padres quienes, al ejercer su libertad, deben decidir qué grado de diversidad desean.
La misión del Estado debe limitarse a garantizar una oferta suficientemente plural para cubrir la diversidad demandada.
Junto a ello, el cheque escolar evita los ataques laicistas que sufre la educación en España y pone de relieve el principio, recogido en la Constitución, de que el Estado es aconfesional (no laico); pero los ciudadanos no tienen ninguna obligación de serlo.
Los colegios pueden ser católicos, pero también de otras confesiones religiosas o ideas filosóficas. Aconfesionalidad significa tolerancia y respeto a la pluralidad de las opiniones, y un Estado definido como aconfesional no debe oponerse a las convicciones personales ni manipular el sistema educativo.
No es el Estado quien financia el sistema educativo, sino los ciudadanos, en su calidad de contribuyentes. El Estado es un mero administrador del dinero ajeno, y por ello debe garantizar el derecho a la educación y la libertad de elección.
Con este tipo de medidas es posible que, a corto plazo, hubiera que incrementar el presupuesto en educación –ya que el Estado tendría que cumplir su deber de garantizar la gratuidad de la enseñanza a todos los niveles, cosa que ahora no hace–, pero a medio plazo el gasto público disminuiría, porque aumentaría la eficiencia del gasto educativo. Estudios sobre la financiación del sistema educativo revelan que los conciertos actuales y las subvenciones a la escuela pública le resultan muy baratos al Estado. Teniendo en cuenta que en las aulas de titularidad social está escolarizado un tercio del alumnado, resulta que con el 15% del presupuesto público se escolariza al 33% del alumnado no universitario, y el 67% restante (aulas estatales) se beneficia del resto del presupuesto. La desproporción entre la financiación de una y otra enseñanza es evidente.
Implantación mundial
El éxito de la medida está avalado también por la experiencia. En Estados Unidos existen sistemas de cheque escolar en Washington, Milwaukee, Cleveland, Maine, Vermont, Florida o Colorado. En Milwaukee, y según declaraciones de su alcalde (del Partido Demócrata), se benefician de él 11.000 estudiantes de 106 colegios, y su introducción ha sido muy beneficiosa para los colegios estatales, que han mejorado su calidad y la atención a padres y alumnos. En Washington (también con alcalde demócrata) se implantó en 2004 un programa para familias necesitadas que ha permitido a 1.023 alumnos elegir entre 53 escuelas de titularidad social: los alumnos beneficiarios han sido, en su mayoría, de origen asiático, afroamericano e hispano.
En Europa también hay programas de cheque escolar en países como Dinamarca, Suecia, Italia o Gran Bretaña. En Suecia, introducido en 1992 por un Gobierno liberal y mantenido posteriormente por los socialdemócratas, permite escoger entre escuelas estatales o de iniciativa social y financia el 85% del coste. En Dinamarca el sistema es similar. En el Reino Unido, los gobiernos conservadores implantaron el cheque para guarderías y escuelas de iniciativa social. En 1997 el Gobierno laborista lo eliminó, aunque desde 2002 hay determinados miembros del Ejecutivo y del partido que abogan por implantar un programa similar al sueco.
Otros países con cheque escolar son Chile y Nueva Zelanda.
El cheque en España
En España existen experiencias de cheque escolar en las ayudas que distintos ayuntamientos o comunidades (como el Ayuntamiento de Valencia, o el de Albacete en su día, y la Comunidad de Madrid) prestan para la escolarización preescolar o infantil. La limitación de estos programas es que discriminan a aquellos padres que deciden cuidar ellos mismos de sus hijos en la etapa infantil u optan por modelos distintos a la guardería.
En distintas comunidades se ha implantado el cheque libro, consistente en financiar el coste de los libros y del material escolar. Los defensores del cheque quieren extender el sistema a todo el coste de la enseñanza.
Pero sin duda el hito más importante fue el protagonizado por el ministro de UCD Otero Novas, quien llevó la propuesta del bono escolar al Congreso de los Diputados a través de su proyecto de ley sobre financiación de la enseñanza. De haber prosperado aquel proyecto la educación en España sería, hoy, realmente plural. La campaña Cheque Escolar cuenta con un ilustre Comité Asesor, donde figuran el ya citado ex ministro José Manuel Otero Novas, los economistas Carlos Rodríguez Braun y Pedro Schwartz, el recientemente nombrado presidente de la COPE, Alfonso Coronel de Palma, el periodista Enrique de Diego, el rector Daniel Sada y el profesor universitario experto en temas de familia Antonio Moreno, entre otros.
Por Cristina Castro
Libertad Digital, suplemento Ideas, 14 de junio de 2006
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