El «Manifiesto por Occidente», redactado por el presidente del Senado Marcello Pera, reivindica la civilización europea
Roma- «Occidente está en crisis. Atacado desde fuera por el fundamentalismo y el terrorismo islámico, no es capaz de responder al desafío. Agredido en su interior por una crisis moral y espiritual, no encuentra el valor para reaccionar». Así comienza el «Manifiesto por Occidente», firmando por casi todas las caras conocidas de la derecha italiana y redactado por el presidente del Senado, Marcello Pera, amigo personal de Benedicto XVI, con quien escribió un interesante libro epistolar («Sin Raíces») cuando todavía era el cardenal Joseph Ratzinger.
En su escrito, Pera enumera uno por uno los «complejos de Occidente» y otorga al Papa el mérito de haber sido la única personalidad capaz de defender el legado de nuestra cultura. «Nos sentimos culpables de nuestro bienestar, nos causan vergüenza nuestras tradiciones, consideramos el terrorismo una reacción a nuestros errores. El terrorismo, sin embargo, es una agresión directa a nuestra civilización y a la entera humanidad». Italia celebra este fin de semana elecciones y Pera, miembro de Forza Italia (el partido de Silvio Berlusconi) pretende usar su manifiesto como caballo de batalla electoral. Aunque es algo más. «Esta es la verdadera diferencia entre una y otra coalición. Sólo el centro derecha defiende los valores de Occidente», aseguró el presidente.
Sin complejos. Es en el capítulo de las tradiciones donde Pera, que no milita en los partidos herederos de la democracia cristiana, hace referencia a la religión y aplaude las posiciones del Papa. «Nuestras tradiciones se discuten. El laicismo y el progresismo reniegan costumbres milenarias de nuestra historia. Pierden sentido así los valores de la vida, de la persona, del matrimonio y de la familia. Se predica que todas las culturas valen lo mismo. Se deja sin guía y sin regla la integración de los inmigrantes», asegura.
La primera parte de su manifiesto acaba, precisamente, con una cita del Papa: «Occidente ya no se ama a sí mismo». Para superar esta crisis, propone Marcello Pera, es necesario «más empeño, más valor sobre los temas de nuestra civilización».
Posteriormente, el presidente establece once prioridades y promete que la coalición presidida por Berlusconi luchará por defenderlas. Comenzando por Occidente, que considera «fuente de principios universales e irrenunciables, contrastando, en nombre de una común tradición histórica y cultural, cualquier intento de construir Europa como alternativa o contraposición a Estados Unidos». El segundo eje, la lucha por un «nuevo europeísmo» basado en su identidad cultural. Le siguen la seguridad ciudadana (con especial referencia al terrorismo) y la integración de la comunidad de inmigrantes. Después viene la defensa de la vida que, según Pera, «estamos obligados a sostener desde la concepción hasta la muerte natural». El manifiesto propone también «sostener y afirmar el valor de las familias como sociedades naturales fundadas en el matrimonio y protegerlas de cualquier otra forma de unión». Le siguen la defensa y difusión de la libertad y la democracia. Sobre la religión, el político italiano confirma la «distinción entre Iglesia y Estado», pero «sin caer en la tentación laicista de relegar la dimensión religiosa solamente a la esfera de lo privado».El Manifiesto por Occidente concluye remarcando el derecho a la educación privada y a modo de colofón, añade esta frase: «No puede ser ni libre ni respetado quien olvida sus propias raíces».
>«Afirmamos el valor de la civilización occidental como fuente de principios universales»
>«Sostenemos el derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural y reconocemos al nascituro como “alguien”, nunca como “algo”»
>«Afirmamos el valor de la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio, distinta a cualquier otra forma de unión»
>«Distinguimos entre Estado e Iglesia, sin relegar la dimensión religiosa a la esfera de lo privado»
>«No puede ser libre ni respetado quien olvida sus propias raíces»
Roma- «Occidente está en crisis. Atacado desde fuera por el fundamentalismo y el terrorismo islámico, no es capaz de responder al desafío. Agredido en su interior por una crisis moral y espiritual, no encuentra el valor para reaccionar». Así comienza el «Manifiesto por Occidente», firmando por casi todas las caras conocidas de la derecha italiana y redactado por el presidente del Senado, Marcello Pera, amigo personal de Benedicto XVI, con quien escribió un interesante libro epistolar («Sin Raíces») cuando todavía era el cardenal Joseph Ratzinger.
En su escrito, Pera enumera uno por uno los «complejos de Occidente» y otorga al Papa el mérito de haber sido la única personalidad capaz de defender el legado de nuestra cultura. «Nos sentimos culpables de nuestro bienestar, nos causan vergüenza nuestras tradiciones, consideramos el terrorismo una reacción a nuestros errores. El terrorismo, sin embargo, es una agresión directa a nuestra civilización y a la entera humanidad». Italia celebra este fin de semana elecciones y Pera, miembro de Forza Italia (el partido de Silvio Berlusconi) pretende usar su manifiesto como caballo de batalla electoral. Aunque es algo más. «Esta es la verdadera diferencia entre una y otra coalición. Sólo el centro derecha defiende los valores de Occidente», aseguró el presidente.
Sin complejos. Es en el capítulo de las tradiciones donde Pera, que no milita en los partidos herederos de la democracia cristiana, hace referencia a la religión y aplaude las posiciones del Papa. «Nuestras tradiciones se discuten. El laicismo y el progresismo reniegan costumbres milenarias de nuestra historia. Pierden sentido así los valores de la vida, de la persona, del matrimonio y de la familia. Se predica que todas las culturas valen lo mismo. Se deja sin guía y sin regla la integración de los inmigrantes», asegura.
La primera parte de su manifiesto acaba, precisamente, con una cita del Papa: «Occidente ya no se ama a sí mismo». Para superar esta crisis, propone Marcello Pera, es necesario «más empeño, más valor sobre los temas de nuestra civilización».
Posteriormente, el presidente establece once prioridades y promete que la coalición presidida por Berlusconi luchará por defenderlas. Comenzando por Occidente, que considera «fuente de principios universales e irrenunciables, contrastando, en nombre de una común tradición histórica y cultural, cualquier intento de construir Europa como alternativa o contraposición a Estados Unidos». El segundo eje, la lucha por un «nuevo europeísmo» basado en su identidad cultural. Le siguen la seguridad ciudadana (con especial referencia al terrorismo) y la integración de la comunidad de inmigrantes. Después viene la defensa de la vida que, según Pera, «estamos obligados a sostener desde la concepción hasta la muerte natural». El manifiesto propone también «sostener y afirmar el valor de las familias como sociedades naturales fundadas en el matrimonio y protegerlas de cualquier otra forma de unión». Le siguen la defensa y difusión de la libertad y la democracia. Sobre la religión, el político italiano confirma la «distinción entre Iglesia y Estado», pero «sin caer en la tentación laicista de relegar la dimensión religiosa solamente a la esfera de lo privado».El Manifiesto por Occidente concluye remarcando el derecho a la educación privada y a modo de colofón, añade esta frase: «No puede ser ni libre ni respetado quien olvida sus propias raíces».
Ángel Villarino, La Razón, 5 de abril de 2006
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